El resultado y la crónica del Eibar - Cádiz CF

Una pegada descomunal (0-2)

  • El Cádiz CF reproduce su eficacia en ataque y en defensa para anotarse su cuarto triunfo seguido fuera de casa

  • Los goles del Cádiz

Espino salta a por el balón junto a un jugador del Eibar

Espino salta a por el balón junto a un jugador del Eibar / Javier Etxezarrieta/Efe

El Cádiz CF volvió a dar un nuevo golpe de efecto fuera de casa. El cuarto consecutivo como el que no quiere la cosa. De todo menos casualidad. Sacó su manual de estilo inconfundible para imponerse 0-2 al Eibar en instalarse en lo más alto de la clasificación al comienzo de la octava jornada.

Cuando parecía que estaba sobre la lona, el Cádiz CF se levantó para llevarse un partido en el que claramente fue de menos a más. Le bastó la pócima mágica de siempre, la que nunca le falla: armonía en defensa y pegada para sorprender a un adversario que se estrelló contra el muro.

Los números de los amarillos lejos del Carranza impresionan a cualquiera. Lo ganan todo y además no reciben un gol. Y el recorrido global es mejor de lo que podían pensar los más optimistas: 14 puntos de 24 y segundo en la tabla, empatado con el líder, a la espera de lo que hagan los demás durante el fin de semana.

El arranque derivó en una catarata de imprecisiones por ambos bandos. Imposible dar más de dos pases seguidos y todo quedó a expensas de la eficacia defensiva. Un error de Akapo permitió una escapada y posterior disparo alto de Bryan Gil en plenos minutos de tanteo. El barbateño causó más de un dolor de cabeza por la banda del lateral derecho cadista.

Los locales, mucho más entonados, sí que lograron conectar arriba mientras los amarillos, adormecidos, perdían el balón una y otra vez, con sensaciones nada buenas.

Fue justo al primer cuarto de ahora cuando los visitantes se asomaron en el área contraria con un testarazo de Negredo a la salida de un córner que no encontró puerta. No podía ser de otra manera que a balón parado.

Le costó un mundo al Cádiz CF meterse en el partido. No llegaba un solo pase a Negredo y Lozano parecían islas en ataque sin parar de correr para estorbar a los centrales.

José Marti y Jonsson sucumbieron a la presión de los locales en el centro del campo y apenas pudieron circular el cuero, con el que apenas tuvo relación Álex Fernández, una semana más en el costado izquierdo.

Los de Álvaro Cervera no se sintieron cómodos pero la mejor noticia fue el paso del tiempo con la portería intacta más allá de un inocente tiro de Salvi a las manos de Dmitrovic (minuto 25).

La noche no estaba para florituras en un duelo desigual, con un Eibar muy superior que no cobró ventaja de milagro en el 32, cuando Conan Ledesma desvió con una rodilla un testarazo a bocajarro de Inau y atrapó el esférico tras un derechazo de Arbilla.

La cosa no pintaba nada bien pero los amarillos esperaron su momento para aparecer de verdad y golpear por partida doble en un parpadeo para cambiar el rumbo del choque. En tres minutos pasó del infierno al cielo y dibujó un escenario idílico con dos contras de manual, al más puro estilo Cádiz CF. Lo hizo con su habitual receta: robo, contra y gol.

En el 36, José Mari birló el cuero a Diop en la medular con una posible falta y en cuestión de segundos estaba alojado en la portería contraria. El roteño sirvió a Álex Fernández, el madrileño prolongó a Espino y el uruguayo centró con precisión al corazón del área, donde emergió Negredo para marcar los tiempos con un cabezazo perfecto a una esquina para elevar el 0-1. Una definición de alta calidad.

Casi sin respiro, en el 39, nuevo robo en campo propio que acabó en el 0-2. Lozano se hizo con el balón, pasó enseguida a Negredo y el madrileño asistió en profundidad a Salvi, que encontró un pasillo por la derecha para plantarse delante de Dmitrovic y batirle por debajo de las piernas con un fuerte disparo.

Unos minutos vertiginosos al final de la primera permitieron a los gaditanos marcharse al descanso con una jugosa ventaja después de una discreta media hora inicial.

Un gol anulado a Lozano por claro fuera de juego y una parada de Conan Ledesma a tiro de Edu Expósito anunciaron una segunda parte movida. Los anfitriones se volcaron arriba y dejaron espacios atrás. Los visitantes se protegieron en su guarida con orden de nuevo a la espera de su momento.

No sufrieron como en la primera mitad los amarillos, que incluso tuvieron cerca el tercer gol con un zapatazo de José Mari (en el 63) que repelió el arquero y Negredo no aprovechó por muy poco. El Cádiz CF daba la sensación de poder sentenciar a la contra, pero le faltaba precisión en el pase definitivo mientras no dejaba una sola grieta en la muralla defensiva.

Cervera buscó frescura con la presencia de Iván Alejo y Malbasic mientras el el crono corrió a favor de los amarillos, eficientes en en manejo de la ventaja hasta el punto de desesperar a un rival cegado.

Garrido, Augusto Fernández y Yann Bodiger pusieron sus pulmones al servicio del equipo en la recta final que el Cádiz CF afrontó con un centro del campo renovado. Todo controlado y en caso de apuro ahí estuvo Ledesma para evitar el 1-2 en los últimos compases.

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