Un pequeño gran rival
El equipo de Jose se medirá en una de las dos eliminatorias de campeones de la fase de ascenso al filial del Real Madrid · La ida se juega este domingo en Carranza (20 horas) y la vuelta será una semana más tarde
¿Será el destino de algún equipo? El sorteo de la fase de ascenso a Segunda División A celebrado ayer en la sede de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) en Las Rozas deparó que el Cádiz se enfrente al Real Madrid Castilla en una de las eliminatorias de campeones de grupo que se disputarán durante los dos próximos fines de semana. El partido de ida se jugará este domingo, desde las ocho de la tarde, en el estadio Ramón de Carranza. Y la vuelta se celebrará, según adelantó la página web oficial del club de Concha Espina, una semana después en el campo Alfredo Di Stéfano de la Ciudad Deportiva de Valdebebas.
Mirandés y Atlético Baleares se verán las caras en el otro duelo entre los campeones de grupo de la fase regular. Y el encuentro de ida será en Miranda de Ebro, tierra de pésimo recuerdo para toda la familia cadista.
Los ganadores de ambas eliminatorias ascenderán por la vía rápida y jugarán entre ellos por dilucidar el nuevo campeón de Segunda División B. Los perdedores, mientras tanto, se integrarán en la segunda manga de las eliminatorias por el ascenso, en la que participarán los vencedores del resto de eliminatorias entre segundos, terceros y cuartos clasificados de los respectivos grupos, que perfiló los siguientes enfrentamientos: Albacete-Orihuela, Badalona-Tenerife, Amorebieta-Balona, Jaén-Ponferradina, Huracán Valencia-Jaén y Lugo-Éibar.
Por otro lado, Zaragoza B-Conquense y Palencia-Lorca Atlético serán los duelos a vida o muerte por evitar el descenso a Tercera.
El Cádiz regateó a su último verdugo en una fase de ascenso, pero se las verá con un pequeño gran equipo; pequeño equipo por tratarse de un filial y gran equipo al estar su plantilla repleta de serias promesas del fútbol español.
Alberto Toril dirige a un grupo de jóvenes jugadores que juegan en las divisiones inferiores porque se están formando para ser protagonistas al más alto nivel dentro de muy poco tiempo. La esperanza de entrar a trabajar con Mourinho en el primer equipo, y de convertirse en el nuevo Raúl, no es para nada descabellada. Y hombres como Esteban Granero o Íker Casillas han demostrado en los últimos años que no es utópico dar el salto al primer equipo blanco.
El Real Madrid Castilla cerró este pasado domingo su participación en la Liga regular haciendo honor a lo que es, un gran campeón del grupo I de Segunda División B. El conjunto de Alberto Toril se impuso con contundencia al Vecindario (5-0), un rival que se jugaba la vida en el Alfredo Di Stéfano pero que evidenció que está a años luz del nivel que tiene a día de hoy el filial madridista y acabó descendiendo.
A pesar de que el partido no tenía ninguna relevancia para los intereses del conjunto merengue, el técnico cordobés decidió poner en liza un once muy competitivo en el que estaban titulares habituales como Carvajal, Mosquera, Jesé o Morata. Los jóvenes valores madridistas coronaron el campeonato obtenido con una fiesta futbolística en la que no faltó de nada. Buen juego, detalles de una gran calidad técnica y tantos para enmarcar, como el que anotó Ríos con un saque de esquina.
El triunfo sirvió a la escuadra merengue para llegar a los 78 puntos, alcanzando los 77 goles a favor y dejando en 36 los tantos encajados. El balance de lo hecho hasta ahora por el equipo de Toril es el siguiente: 23 victorias, nueve empates y seis derrotas.
Atrás queda el palo del último ascenso frustrado, el de la pasada temporada. Y el bloque madridista solamente piensa en regresar de una vez por todas a Segunda División A, donde le espera el filial del Barcelona.
El Real Madrid Castilla es un viejo conocido del Cádiz en la lucha por el ascenso a la categoría de plata. Y es que los amarillos se enfrentaron al conjunto blanco, entonces denominado Real Madrid B, en la liguilla de la temporada 1997/98. Con Ramón Blanco en el banquillo, se cosecharon dos derrotas. Una por 0-2 en el Ramón de Carranza, con dos goles de Rivera, y otra por un ajustado 2-1 en el estadio Santiago Bernabéu, marcando Rojas y Rivera para los blancos y Puente para los amarillos.
Los seis puntos sumados ante los gaditanos no le valieron al filial del Real Madrid, entonces dirigidos por Miguel Ángel Portugal, para lograr el salto de categoría. Y es que fue el Barcelona B, con gente en sus filas como Xavi Hernández o Puyol, quien se acabaría llevando el gato al agua.
Un año después, el conjunto blanco se ha ganado ser uno de los grandes favoritos al ascenso. Y una de las claves es que los jugadores ya no son tan novatos para este tipo de eliminatorias. La experiencia adquirida el año pasado y el hecho de haber jugado contra equipos de enorme historial como Tenerife y Oviedo otorga ese plus para una eliminatoria a ida y vuelta. El equipo está repleto de juventud, como es lógico en un conjunto filial, pero a sus pocos años suma la experiencia de la campaña pasada. Además, hasta siete futbolistas se han puesto durante el curso a las órdenes de Mourinho: Pedro Mendes, el último en hacerlo, Jesús, Joselu, Mejías, Álex Fernández, Nacho y Morata.
El filial destaca por tener una delantera temible. Y aunque está compensado en todas sus líneas, también tiene sus puntos débiles. El rival del Cádiz tendrá la teórica ventaja de jugar el duelo de vuelta en su campo, en el que ha jugado durante toda la temporada, pero antes visitará un estadio Ramón de Carranza que deberá seguir siendo el fortín que ha sido durante el último año.
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