Cádiz - Real Madrid | El análisis

Sin miedos, sin complejos... y sin puntos: la dura realidad del Cádiz CF

Chris Ramos tira de físico para intentar superar a Nacho.

Chris Ramos tira de físico para intentar superar a Nacho. / JESÚS MARÍN

Nueve jornadas y diez partidos -contando el de Copa del Rey, que se resolvió en los penaltis- acumula el Cádiz CF sin saborear una victoria en los minutos de juego. Demasiado tiempo para un equipo que no ha dado con sus huesos en la zona de descenso porque hay equipos que están aún peor. Sin llevarnos a engaño, en los amarillos triunfa aquello de 'en el país de los ciegos, el tuerto es el rey'.

El encuentro contra el Real Madrid no dejó botín en materia clasificatoria; los puntos son los mismos que antes del larguísimo parón y el equipo no está en puesto de descenso aunque sus cifras sean similares a las de un conjunto que acaba perdiendo la categoría.

El Cádiz CF no encontró la forma de hacer saltar la banca contra los blancos a pesar de esos detalles que gustaron, especialmente, cuando se dieron con el equilibrio en el marcador. Un conjunto gaditano descarado, sin miedos ni complejos que pudo mirar a la cara al grande hasta que Rodrygo puso las cosas en su sitio demostrando que su calidad, sólo su clase, fue suficiente para hacer saltar por los aires el entramado defensivo local.

Hay que reconocer la valentía mental del equipo amarillo a pesar de esa variación para disponer un 1-5-4-1, cerrando posibles fisuras y, no obstante, ejerciendo en muchos momentos una presión alta que tuteaba a un adversario mucho más potente. Pero cuando la autoestima no es la adecuada y las limitaciones cotizan al alza con rivales enfrente de tanta capacidad, toca esperar lo que sucedió: una derrota.

El Cádiz CF de las limitaciones en el centro de la defensa salió con todo lo más potable al alinear juntos a Víctor Chust, Fali y Javi Hernández. Pero cuando un 'tal' Rodrygo saca a pasear sus grandezas como futbolistas, la diferencia de salario queda justificada con lo que sucede sobre el verde.

A pesar de todo, el conjunto cadista acumuló méritos para mantener la cabeza alta incluso con el 0-3 campeando en el marcador; esa personalidad de mantenerse en pie era el arma para tener fe pensando primero en el Mallorca y luego en el Celta, donde sí que debe existir mucha más igualdad y se antoja clave sumar y sumar en forma de esa victoria que tanto viene regateando el destino de los amarillos.

El parón, muy largo para el Cádiz CF, ha equilibrado las alegrías y las tristezas, las recuperaciones y las bajas; el efecto contrario cuando no hay competición y se supone que es el momento de 'desalojar' la enfermería. Esta jornada pasó algo similar. Víctor Chust sigue sumando minutos y Brian Ocampo, por fin, recuperó su idilio con la competición oficial. Sin embargo, la pierna de Conan Ledesma no puede más y Chris Ramos se fue con problemas físicos que serían menos preocupantes si no se jugara el miércoles en Mallorca.

El Real Madrid y su 0-3 es ya historia para lo bueno y para lo malo. El Cádiz CF hizo muchas cosas bien, a pesar del marcador, y fue víctima de la calidad de jugadores como Rodrygo. Pero no estuvo lejos del camino que, como equipo, debe seguir para recuperar de una vez por todas la senda pérdida hace diez partidos.

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