Un mes que da repelús
El conjunto de Jose González completa un nefasto marzo que arrancó en tercera posición y concluyó fuera de los puestos de privilegio después de haber sumado sólo dos puntos de los doce disputados
El Cádiz se ha complicado la existencia de tal manera que ha pasado de ser uno de los equipos favoritos a entrar en la fase de ascenso a uno más en la zona media alta del grupo IV de Segunda División B al que le queda mucho por sufrir hasta la última jornada. Mientras Murcia y Sevilla Atlético disfrutan de un plácido paseo antes de disputar la promoción, la cotización cadista baja en picado después de un mes de marzo demoledor para un conjunto amarillo que ha dejado ser fiable y ha perdido el respeto de sus adversarios.
Los números hablan por sí solos. Dos puntos de doce, ni una sola victoria en cuatro encuentros y una imagen como mínimo preocupante han dado al traste con la credibilidad de un grupo al que pocas excusas le quedan en el extenso catálogo de justificaciones. Ha llegado uno de los momentos decisivos de la temporada y los jugadores no están dando la talla en Segunda B.
Los amarillos han saldado un mes desastroso con dos empates y otras tantas derrotas que le han arrancado de cuajo de las plazas que premian con la lucha por el ascenso. Arrancó marzo en tercera posición, con una cómoda ventaja de cinco puntos sobre el quinto puesto -ocupado por el Melilla- y un calendario que invitaba al optimismo.
El empate cosechado en la visita a Ceuta el primer fin de semana de marzo resultó esperanzador al tratarse de un punto obtenido en terreno de un rival directo. Pero el Cádiz no fue capaz de hacerlo bueno al caer en casa una semana después frente al San Roque de Lepe, otro rival directo que tomó impulso a costa de los amarillos. Los onubenses llegaron al Carranza tres puntos por debajo del Cádiz en la tabla y ahora marchan cuatro arriba, con el goal average a favor y la moral por las nubes.
El siguiente partido, en Écija, se convirtió también en un duelo contra un rival directo que se había acercado en la clasificación gracias al decaimiento cadista. El conjunto de Jose González tampoco estuvo a la altura de lo que se espera de un equipo que aspira a todo y cayó de manera estrepitosa después de ir ganando 0-2.
Pese a sus continuos batacazos, los amarillos llegaron a la última jornada de marzo en cuarta posición y con todo a su favor para mantenerse en ese puesto que es un tesoro a estas alturas del campeonato. Pero nada. Fueron incapaces de derrotar al Lucena en el Carranza delante una afición harta de desengaños que cada vez cree menos en un equipo en caída libre. Ni siquiera les sirvió de estímulo la derrota matutina del San Roque de Lepe que les daba pista para aproximarse a la tercera plaza. Marzo ha sido desastroso. Comienza un mes de abril absolutamente decisivo. Ahora o nunca. Ahora u otro año en el infierno con una entidad sumida en el caos económico que se ha agarrado al ascenso como tabla de salvación.
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