El Cádiz llega a las últimas tres jornadas de Liga en una situación idónea para montarse en el tren de la fase de ascenso. Después de una estancia provisional en la octava posición entre los partidos de sus rivales directos y el que debía dirimir ante el Real Zaragoza, encara la recta final desde el cuarto lugar, dos dos puntos de margen sobre el séptimo y la autoestima reforzada tras la importante victoria sobre el conjunto maño.

El equipo amarillo visita el próximo domingo a un Barcelona B que apura sus opciones de esquivar el descenso -ocupa el 20º puesto a tres puntos de la salvación- y después, el día 27, se medirá al Tenerife en el que será el último encuentro de Liga en el Carranza antes de cerrar el torneo en el campo del Granada. Se supone que canarios y nazarís ya estarán apartados de la pelea por acceder al play-off cuando les toque enfrentarse a los gaditanos.

La pregunta del millón es cuántos puntos necesitaría el Cádiz para sellar el pasaporte para las eliminatorias. Los 64 que logró del año pasado no parecen suficientes. Quizás tenga que llegar a 67 o a 68. Ganar uno o dos partidos, ganar uno y empatar otro... El terreno de las especulaciones es ilimitado. Lo que sí es indiscutible es que depende de sí mismo y que además se puede ver beneficiado por los resultados que se den en los enfrentamientos pendientes entre rivales directos. El Numancia y el Osasuna se citan el próximo fin de semana, el Zaragoza recibe al Valladolid en la penúltima jornada, el cuadro pucelano se mide al navarro en el último capítulo... Los demás se van a dejar puntos que pueden despejar el camino a un Cádiz que si es capaz de vencer en el campo del filial azulgrana tendrá un pie en la fase de ascenso.