Cádiz CF

Se hace camino al andar

  • El equipo amarillo afronta a partir de ahora la tarea de administrar la ventaja para conservar el liderato

El Cádiz ya está donde quería, en el lugar que buscaba con tanto ahínco y con el tesoro añadido de un pequeño colchón que da tranquilidad para afrontar lo que viene, que no es poco. En el liderato del grupo IV de Segunda División B y con cinco puntos de ventaja sobre el segundo, el UCAM Murcia. Una distancia nada despreciable si se tiene en cuenta que hace dos meses y medio el equipo amarillo transitaba a kilómetros de la cabeza con ocho puntos menos que un cuadro universitario plantó cara y dejó una magnífica imagen a su paso por el estadio Carranza el pasado domingo. El goal average particular entre los dos mejores equipos del grupo IV está empatado -victoria por 1-0 para cada uno en cada choque-, pero los amarillos guardan como as en la manga un mejor coeficiente general. Acreditan un saldo positivo de 32 (45 goles a favor y 13 en contra) por 17 los inquilinos de la vieja Condomina (30-13), es decir, una diferencia de 15 que puede ser beneficiosa en caso de empate a puntos.

Los gaditanos libraron una dura batalla en las últimas semanas para arrebatar el trono a los murcianos en una ardua tarea que exigió una trayectoria inmaculada. Y es que los hombres de Claudio Barragán atesoran una marcha imparable de siete victorias en otros tantos encuentros disputados desde el pistoletazo de salida de 2015. El único equipo de las tres principales divisiones. Como para no ser líder. Una racha positiva que traspasa los límites del nuevo año y retrocede en el tiempo. Once son los partidos de Liga dirigidos por el valenciano desde su aterrizaje a finales de noviembre y el balance roza la perfección: diez triunfos y una derrota -30 puntos de 33-, con nada menos que 25 goles a favor -una media de 2,4 por partido- y sólo dos en contra (0,1 por encuentro). Sólo se quedó sin marcar en un choque -en el tropiezo sufrido en el campo del Villanovense- y le perforaron la portería en dos ocasiones -una vez la escuadra extremeña y otra el Cartagena, los dos goles nacidos en acciones a balón parado-.

Una vez conseguido el objetivo del liderato, el reto es mantenerse. El Cádiz pasa de perseguidor a perseguido y le toca ahora administrar la ventaja adquirida a golpe de victorias. El UCAM es el único equipo que, a día de hoy, está en condiciones de discutir el liderato de un conjunto amarillo que ahora quiere gobernar con mano de hierro hasta acabar con la resistencia del rebelde universitario, que ya demostró argumentos el pasado domingo para estar arriba.

El equipo amarillo ya no depende de nadie para acabar en lo más alto. Ya no es necesario mirar de reojo resultados que antes sí podían tener influencia en la clasificación. Basta con hacer los deberes propios, seguir con el acelerador pisado a fondo y, si es posible, asegurar cuanto antes la primera posición para que el preparador cadista pueda dosificar a los jugadores con vistas a la definitiva fase de ascenso.

Cambia el objetivo. Ahora toca mantenerse en la cima, como hizo el Cádiz de Jose González en la temporada 2011/12, que se colocó primero en la 18ª jornada y ya se quedó ahí hasta el final. O como en la campaña 2008/09, cuando el equipo entrenado entonces por Javi Gracia conservó la plaza más codiciada que capturó en la séptima jornada para no soltarla ya en todo el campeonato.

Restan 13 jornadas (39 puntos en liza) para el final del torneo de la regularidad y la línea a seguir está marcada. Sólo hay que caminar en la dirección señalada para llegar el primero a la meta. El secreto de Claudio no es ningún secreto y su mensaje no da lugar a la más mínima relajación. Pese a mandar en el grupo IV no hay nada hecho, hay que seguir trabajando con humildad, mantener la intensidad de principio a fin, continuar con el mismo compromiso que ha llevado al equipo amarillo a convertirse en la actual referencia de la categoría de bronce.

El Cádiz derriba el muro del liderato y llama a la puerta del ascenso. Para abrirla hay que manejar variables como la presión, la que sentirá cada fin de semana en defensa del primer puesto. Una prueba de madurez en toda regla. El conjunto amarillo se ha convertido en el enemigo a batir por todos y la exigencia será aún mayor porque los rivales, si antes salían a por todas, ahora lo harán todavía con más motivo porque enfrente tendrán al líder.

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