El de hoy ha podido ser un partido para que el Cádiz dé un paso al frente, y también el Osasuna. Pero el de hoy ha sido un encuentro con poco que celebrar. Los amarillos siguen a media marcha y los navarro están forzados a esperar para volver a Primera. "Basta ya de celebraciones ajenas en Carranza", ha dicho más de uno.

Y hoy no era para festejar mucho. Desde el minuto de silencio, la figura de Juan Carlos Aragón ha estado viva en el templo del cadismo. El desaparecido autor ha estado presente en el propio minuto de silencio, en el brazalete de capitán del Cádiz, que llevaba Alberto Cifuentes, y en un pequeño mosaico en Fondo Sur, donde su figura con la guitarra al aire llevaba escrito: 'No importa cuanto se viva, sino la manera. D.E.P. capitán’'

Buena afluencia de público en Carranza aunque ha podido ser mejor si una promoción, de las habituales, hubiera salido a principio de semana. Entre los asistentes, unos 400 seguidores del Osasuna que se han pegado la paliza para un festo que, por el momento, debe esperar.

Ex cadistas en los rojillos. Juan Villar y Aridane sobre el césped y Fran Canal en el palco. Todos remando hacia la élite sabiendo que cuando lo logren tendrán que dejar en la capital gaditana 500.000 euros por el traspaso de Aridane.

En el corazón de la grada de Tribuna, cariñoso abrazo entre Bezares y Zafra, dos ex con el corazón amarillo. El segundo de ellos estaba feliz porque el Algeciras, donde juega su hijo, ha alcanzado el play-off para pelear el ascenso a Segunda B.

Después de que el descanso haya permitido el reconocimiento a las selecciones provinciales sub'17 y sub'15 femeninas, campeonas de Andalucía, el segundo periodo ha sido la cuenta atrás hacia un objetivo que hoy no ha terminado en celebraciones. Ni Cádiz ni Pamplona. La fiesta debe esperar.