El delantero del Cádiz CF que se aferra a aquello de "nunca es tarde..."

Después de 29 partidos en el césped con 1.461 minutos de juego, la luz se encendió para el único atacante del Cádiz CF que quedaba por marcar. Carlos Fernández no ha visto portería hasta la jornada 39ª (de 42 en total), que es demasiado tiempo para un delantero que pertenece a un equipo de Primera (Real Sociedad) aunque juegue en otro de Segunda. En verano de 2024 se cerró su salida a préstamo al conjunto gaditano como una de las apuestas más ambiciosas en materia ofensiva, pero su primer gol no ha llegado hasta el 9 de mayo, en plena cuenta atrás para regresar a San Sebastián.

"Nunca es tarde si la dicha es buena" traslada desde el refranero la reflexión que mejor se ajusta a Carlos Fernández, si bien es inevitable la coletilla de 'demasiado tarde'. Nueve meses de competición son demasiados para un delantero que está peleado con el gol. Aguardar a 39 jornadas es un disparate para que un tanto suba al casillero de un ariete. Si la comparación es con Maxi Gómez, bien por Carlos Fernández que saldrá con un sabor a fracaso pero, por el momento, con un gol más que el uruguayo, que se fue en blanco.

Lo más potable para el delantero sevillano es la importancia de ese gol para evitar un descalabro histórico. Fue en pocos segundos la rampa de lanzamiento para que el Cádiz CF diera forma a la remontada contra un Almería con nueve futbolistas. Carlos Fernández no tuvo tiempo para celebraciones cuando se puso a correr hacia Víctor Chust para vivir la locura del segundo tanto amarillo.

La realidad es que el gol evita el malísimo trago que supone para un delantero dejar el casillero a cero después de toda una temporada jugando en un equipo. Pero también es una realidad que las sensaciones -por mucho que el trabajo de Carlos sea incuestionable sobre el verde- no son buenas analizando el curso en su totalidad. Trabajo deben dar todos, pero la pelea del gol tiene todo el peso en la que gente que está más cerca de la portería contraria como es el caso de este jugador.

A pesar de sus pobres registros, el ex de la Real Sociedad no ha sido de los más señalados por una campaña para olvidar en la que el Cádiz CF nunca se ha aproximado con convencimiento al objetivo de pelear el ascenso. La grada ha sido paciente con un ariete que venía de un ciclo preocupante de lesiones -la única manera de que recalara en el proyecto amarillo- y que, poco menos, aspiraba a recuperar físico y puntería en el Nuevo Mirandilla. Logra algo de lo primero pero, salvo sorpresa, se queda lejos de lo segundo.

En la Real saben que a partir del 1 de julio pueden tener un problema con un futbolista con el que no cuentan y que tiene contrato en vigor, por lo que la idea será llegar a un acuerdo para su salida a cambio de alguna cantidad de dinero, ya que en Donostia no están para hacer regalos.