Cádiz CF

El Cádiz CF falla en el remate y se pone a un paso del descenso (1-1)

Álex Fernández y Vallejo pugnan por el balón.

Álex Fernández y Vallejo pugnan por el balón. / Julio González

El Cádiz CF se coloca al borde del abismo. Hizo todo lo que debía ante el Real Madrid pero falló en el peor momento y baja a la zona de descenso a falta de una jornada para el final de la Liga. El empate (1-1) ante el campeón resultó insuficiente. Necesitaba ganar, no lo hizo y el Mallorca si sumó los tres puntos. Para colmo, en sintonía con la sucedido durante la temporada, un posible penalti no señalado en la prolongación dejó a los locales sin la oportunidad del triunfo.

El conjunto amarillo tuvo la victoria en su mano, pero la precipitación en el último pase y, sobre todo, un penalti fallado por Negredo en la segunda parte acabaron con la esperanzas. El Cádiz CF ahora debe ganar en el campo del descendido Alavés y esperar que el Mallorca no lo haga en el terreno del Osasuna o el Granada en casa ante el Espanyol.

Sergio González arriesgó con una alineación netamente ofensiva. Un 4-4-2 con dos medios creativos y Rubén Sobrino en la derecha en lugar del lesionado Iván Alejo. El Real Madrid, como se esperaba, salió con la segunda unidad apoyada por varios titulares y algunos experimentos.

Desde el pitido inicial quedó de manifiesto cuál era el equipo que estaba necesitado. Antes del primer minuto, Akapo soltó un cañonazo desde la frontal del área que no encontró puerta por poco.

Los locales imprimieron un ritmo de vértigo. Era todo o nada. Aplicaron una presión asfixiante en bloque alto para tratar de neutralizar la salida de balón del rival, pero descuidaron su parcela tardaron sólo cinco minutos en tropezar con la cruda realidad.

En la siguiente jugada tras una parada de Lunin a disparo de Rubén Alcaraz, llegó el primer gol del conjunto blanco. Rodrygo demostró su estado de gracia con una galopada con la que fue dejando atrás a varios contrarios hasta servir en bandeja a Mariano, que empujó a placer al fondo de la portería para poner el 0-1. Pura magia la del brasileño y algo de pasividad en la zaga cadista.

Muy pronto, en el 5, se vio por debajo un Cádiz CF que siguió empujando con un riesgo muy elevado. Rubén Alcaraz y Álex Fernández llevaron la manija, aunque demasiado adelantados. El rival, que no era cualquiera, halló espacios a la contra y amenazó con un segundo tanto. En el 11, Ledesma sostuvo a su equipo con una mano salvadora tras el tiro de Asensio, que se había plantado solo delante de él.

La persistencia de los amarillos destapó las debilidades defensivas del campeón. Porque no fue por falta de llegadas al área. Negredo se quedó dos veces solo (en el 13 y en el 24) pero no logró su objetivo. En la primera acción pasó en lugar de disparar y en la segunda se anticipó Nacho cuando se disponía a rematar en boca de gol.

Los de casa fueron a menos con el paso de los minutos y los visitantes, cómodos, empezaron a tocar y tocar. Pero el fútbol no entiende de lógica. Cuando más parecía tener controlada la situación el cuadro merengue, llegó el empate a uno.

Lo tuvo en el 35 Idrissi con un mano a mano con Lunin del que salió ganador el arquero con un paradón. Pero nada pudo hacer el cancerbero un minuto después ante el imponente misil de Sobrino. El manchego robó el balón en tres cuartos, se internó en el área y soltó un derechazo con el que coló el cuero por la escuadra tras rebotar en la espalda de Militao 1-1. Un golazo que espoleó a los amarillos, de nuevo a la carga pese al obstáculo añadido de Mateu Lahoz, desigual en el trato a la hora señalar las faltas.

Si el Cádiz CF no se fue al descanso con ventaja en el marcador fue por falta de acierto y no de ocasiones. En el 38, Lunin despejó el esférico tras un remata a bocajarro de Negredo. Y en la prolongación, Lucas Pérez llegó solo delante del portero, podía haber tirado pero, indeciso, optó por un pase defectuoso a Negredo.

El Cádiz CF saltó al césped en la reanudación en posición de descenso. No le quedaba otro remedio que salir a darlo todo, como si no hubiera un mañana. A ello se puso hasta el extremo de encerrar a los merengues.

El dueño del balón fue el pequeño, crecido en la adversidad. El grande se dejó llevar, no puso mucho interés en el balón y cuando lo tuvo quiso dormir el partido. Funcionó a base de chispazos a la contra.

Los locales se vaciaron con una presión sin tregua. Se jugó en la parcela visitante con un equipo volcado que lo intentó una y otra vez como en un bucle infinito.

Hasta que por fin llegó la gran oportunidad para culminar la remontada. En el 60, Lucas Pérez esta vez sí conectó con Negredo, arrollado Lunin dentro del área. Penalti indiscutible que lanzó el propio Negredo raso y esquinado, pero se topó con el acierto del portero, que despejó el cuero.

Mal día para desperdiciar una pena máxima. Pero los amarillos no dejaron de intentarlo, eso sí, cada vez con más espacios a su espalda y un rival que llegó con con peligro cuando los locales ya acusaban el esfuerzo.

Entre la mala suerte, la falta de puntería y sobre todo, el desacierto en el último pase, fueron pasando los minutos sin el ansiado tanto de la remontada.

En el 67, Negredo, una vez más en boca de gol, remató al centro y repelió Lunin. Un minuto después, Ledesma evitó el 1-2 tras un zurdazo de Asensio. Y en en el 69, de nuevo Lunin se interpuso tras un cabezazo de Negredo y al rechace no llegó Sobrino por centímetros.

Apareció el cansancio y la recta final se convirtió en un duelo de ida y vuelta, con el Real Madrid más entero y dominador. Los locales, ya sin el lesionado Akapo, se tuvieron que emplear a fondo para defender sin dejar de mirar el área contraria. Pero, como durante toda la tarde, el último pase se resistió.

Tuvo más cerca el gol el cuadro visitante en la recta final. En el alargue, Ledesma evitó el 1-2 con un paradón tras un tiro de Ceballos. Hubo una última jugada clave. Fali recibió una patada en el estómago dentro del área, pero Mateu Lahoz no quiso saber nada y pitó el final.

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