Cádiz CF

El Cádiz CF, muy poca cosa en su estreno liguero (0-1)

  • Ledesma evita una derrota más abultada ante una Real Sociedad muy superior

  • Los amarillos, con enormes carencias, naufragan en todas las líneas

Arzamendia se lamenta en una acción del partido.

Arzamendia se lamenta en una acción del partido. / Jesús Marín

El Cádiz CF empezó la temporada 2022/23 con mal pie, con una derrota que presagia el sufrimiento que le puede esperar en el nuevo curso. Fiel a la costumbre de los últimos años, perdió (0-1) frente a una Real Sociedad que fue muy superior.

Las ganas de los amarillos fueron del todo insuficientes ante la calidad de su contrincante. Si la derrota no fue más abultada se debió a las grandes paradas de Ledesma.

El Cádiz CF fue muy poca cosa. Mucha briega y poco más. Sin juego individual ni colectivo y con carencias que el club está a tiempo de paliar en las próximas dos semanas. Nunca dio la sensación de poder puntuar. Apenas generó ocasiones, ninguna en la segunda mitad, cuando más lo necesitaba.

Las numerosas ausencias por lesión condicionaron una alineación que será difícil que se repita en sucesivos compromisos. De hecho, Fali partió desde el centro del campo y Alberto Perea en la derecha, donde anduvo algo perdido. Soluciones de emergencia para armar un 4-4-2 con el que tratar de contener a un rival que, fiel a su estilo, salió con clara vocación ofensiva.

El cuadro donostiarra atesoró la pelota, pero el primero en tirar a puerta fue Choco Lozano en el minuto 2 tras una meritoria acción individual. Merino evitó el gol.

La ocasión fue un espejismo. La Real se hizo dueña del partido y sus hombres de calidad no tardaron en hacer sufrir a un Cádiz CF metido muy atrás, demasiado atrás, empequeñecido.

Sólo había un equipo capaz de enlazar pases: el visitante. Los locales se las apañaban para tapar espacios en la retaguardia y buscar el contragolpe como único recurso. En el 16, Arzamendia culminó una contra con un disparo desviado en lugar de centrar al corazón del área, donde aguardaban tres compañeros.

La pelea no era suficiente. Las opciones de los amarillos, muy inferiores, pasaban por no cometer errores. En cuanto llegó el primer fallo, los guipuzcoanos tiraron de calidad para poner el 0-1 en el marcador.

Sucedió en el 24. Falta de entendimiento entre Luis Hernández y José Mari en la salida del balón, boquete gigantesco en el centro de la defensa y Mikel Merino sirvió un pase milimétrico por ese pasillo a Take Kubo, que no perdonó solo delante de Ledesma.

El gol fue un duro golpe para un equipo con múltiples limitaciones que se agarró al balón parado en busca de la reacción. En el 28, tras un saque de esquina, un remate de Fali a puerta vacía lo sacó un defensa.

Esa ocasión espoleó a los de casa en pleno cambio de guión. Los de Imanol Alguacil, con ventaja en el marcador, dieron un paso atrás, se lo tomaron con más tranquilidad y la posesión estuvo más repartida en el tramo final de la primera mitad.

Las intentonas de los locales resultaron infructuosas ante el cúmulo de imprecisiones. Mucha voluntad, nulo acierto y 0-1 al descanso. La mejor noticia después de 45 minutos de superioridad de los visitantes era que el Cádiz CF seguía vivo aunque debía elevar sus prestaciones en la reanudación para apurar sus posibilidades de puntuar en su debut liguero.

El estreno de Awer Mabil, sustituto de un desaparecido Alberto Perea, fue la novedad en el arranque de la segunda parte. El australiano se empleó a fondo y quiso agradar con alguna filigrana.

Los amarillos estaban obligados a subir el nivel. Lo que subieron fue la presión. Apretaron arriba porque necesitaban el esférico como el oxígeno.

Pero enfrenta estaban David Silva, Mikel Merino y compañía, todo calidad con el cuero y en los movimientos aunque sin dar el golpe definitivo. La Real jugó con el tiempo, tocó y tocó con paciencia y apenas sufrió, aunque los anfitriones mantuvieron el pulso.

No dejaron de intentarlo los hombres de Sergio González, con vida pese a no ofrecer buenas sensaciones. No había conexión arriba, tampoco en la medular, la creación brillaba por su ausencia…

La única esperanza era que la diferencia era sólo de un gol pese a las oportunidades del cuadro vasco. En el 61, un cabezazo de Mikel Merino se escapó muy cerca de la portería. En 64 y en el 66, Ledesma sostuvo a su equipo con dos paradones a sendos remates de David Silva, y realizó otro más en el 67 tras un zurdazo lejano de Rico.

El 0-2 parecía muy cerca mientras el gol del Cádiz CF se convertía en una quimera con el transcurrir de los minutos. No había manera de tirar a puerta.

Por más que lo intentaban, las ocasiones brillaban por su ausencia. El preparador cadista dio una vuelta de tuerca con Tomás Alarcón e Iván Alejo. El extremo no tardó en meterse en líos. Quizás tenía una cuenta pendiente tras sufrir una lesión en el tobillo en el choque ante la Real de la pasada temporada.

El Cádiz CF, ya con Negredo sobre el césped, no había creado nada en ataque pero llegó a la recta final con opciones de puntuar mientras el árbitro había perdido por completo el control del partido. Repartió las tarjetas con desigual criterio y desesperó a los de casa con sus decisiones. En la tónica de la pasada campaña.

Quedaba el arreón final, el de los últimos minutos de un Cádiz CF volcado en ataque con constantes centros al área desde las dos bandas y Mady Diarra como debutante en la máxima categoría. En la prolongación, de nuevo Ledesma salvó al equipo con otro paradón en el mano a mano con Cho. Y uno más ante el mismo jugador.

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