Cádiz CF

Chris Ramos no para de crecer en el Cádiz CF

Chris Ramos forma un corazón con las manos tras el gol ante el Sevilla.

Chris Ramos forma un corazón con las manos tras el gol ante el Sevilla. / Julio González

Más allá de la polémica, de los momentos de tensión, del extenso catálogo de cartulinas... uno de los mayores protagonistas del partido entre el Cádiz CF y el Sevilla de la undécima jornada de Liga disputado en el estadio Nuevo Mirandilla el pasado sábado de octubre fue Chris Ramos.

El delantero no hizo sino confirmar el rol relevante que desempeña en el conjunto amarillo en la temporada 2023-24 después de aterrizar en el mercado de invierno del curso anterior. Es titular indiscutible por méritos propios. La duda que hay en cada alineación es quién será su acompañante en punta. De los cinco arietes que hay en la plantilla es el único que ha participado en todos los encuentros y el que más aparece en el once inicial. Y el que más goles lleva: tres. El único que sigue su ritmo es el extremo Darwin Machís con idéntica cifra.

Chris Ramos lleva en 11 envites el triple de los goles que hizo en sus 15 encuentros de la pasada campaña como cadista. El sábado se erigió en uno de los principales actores del duelo andaluz. Marcó pronto, en su primer remate a portería, no paró de complicar la vida a los centrales del cuadro hispalense con sus continuas disputas de balón, firmó una gran internada con un pase certero a Roger Martí en lo que pudo ser el tercer tanto de los locales evitado por Nyland, estuvo cerca del doblete con un control de balón que se le escapó cuando se disponía a quedarse solo delante del cancerbero visitante...

Además de todo lo que ofreció en lo futbolístico, Chris Ramos dejó una imagen plena de emoción. Era su primer partido en casa después del fallecimiento de su abuelo Perico, a quien quería con locura. Y era su primer gol tras la pérdida de un ser tan querido al que dedicó ese tanto que suponía el 1-0. Era el mejor día para marcar.

El gaditano se emocionó tras perforar la portería contraria. Se le saltaron las lágrimas porque enseguida le vino el recuerdo de su abuelo, de lo contento que estaría desde el cielo viendo lo que había hecho su nieto. Chris alzó la mirada al cielo, hacia donde indicó con los dedos índices... un instante pata la eternidad. El gol fue para su abuelo, que siempre estará presente en su corazón y en su memoria.

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