El Palo-Cádiz

Un chollo para los equipos locales (1-0)

  • Un grave error del experto cancerbero Sergio Aragoneses, en el único disparo a puerta de los anfitriones, provoca una nueva derrota de un conjunto gaditano que se muestra incapaz de dar señales de reacción

La dinámica perdedora del Cádiz no tiene fin. El equipo amarillo se ha convertido en un chollo para los equipos locales. Si en Guadalajara y Algeciras dejó escapar el empate con dos penaltis tontos en el tramo final, ayer tiró por la borda una nueva posibilidad de puntuar en un partido con pinta de cero a cero. Pero siempre pasa algo para que el Cádiz regrese de vacío. No pudo tener peor estreno Sergio Aragoneses, que cometió un grave error, impropio de un portero de su experiencia, que dio la victoria a un combativo El Palo. El conjunto malagueño, en el único tiro a puerta, aprovechó un fallo del cancerbero para quedarse con los tres puntos y dejar k.o. a un Cádiz empeñado en complicarse la vida. Mucho va a tener que sudar la escuadra gaditana para meterse entre los cuatro mejores del grupo IV. Con errores como los de ayer lo tendrá muy complicado.  

 

Raúl Agné alineaba a todos los jugadores disponibles que empezaron la temporada, salvo al portero Ricky Alonso, y a cuatro de los refuerzos llegados en las últimas semanas: los debutantes Sergio Aragoneses y Tena, y Garrido y Dioni. En el banquillo esperaban su oportunidad los también nuevos Migue García y Pauliño, y los canteranos Diego y Sana, incluidos en el acta debido a las seis bajas que acumulaba el equipo amarillo.

 

Tena se ubicaba como central zurdo, los Kikes se repartían las bandas y Perico actuaba en tres cuartos por detrás de Dioni, el delantero. La reducidas dimensiones del terreno de juego condicionaban el planteamiento. Era casi imposible encadenar pases porque los jugadores se amontonaban en pequeño espacios. El fútbol directo, las acciones de estrategia, los balones sueltos y las segundas jugadas. Poco más se podía hacer que tirar de experiencia y sacar jugo de algunos de esos recursos.

Jorge Luque, a los 10 minutos, protagonizaba el primer lanzamiento del partido con una falta lateral directa a una escuadra que Pagola sacaba a córner. El propio Luque estaba a punto de marcar de saque de esquina directo, pero de nuevo se topaba con un atento portero.

 

Demostrado quedaba que la estrategia era el camino para encontrar el tesoro. Era un partido para listos. El Cádiz parecía tomarle la medida al encuentro, pero concedía faltas a un rival que sabía a la perfección lo que debía hacer para aprovechar esas acciones: balones al área. Fran Pérez y Tena imponían su autoridad, mientras que Garrido no perdía de vista a Guerrit, la referencia por alto de El Palo.

 

Al filo de la media hora volvería a ver puerta el cuadro gaditano. Perico se revolvía dentro del área y colocaba el esférico con la izquierda que se encontraba a un Pagola bien colocado. Un nuevo intento de Perico, esta vez desde lejos, moría en las manos del cancerbero local en el minuto 33. Los malagueños no inquietaban pero el Cádiz se empeñaba en darles vida con faltas cerca del área. En el 37, un libre directo de Durán se escapaba cerca de la escuadra. Un minuto después, Falu Aranda lanzaba fuera desde fuera del área en la única acción trenzada de los locales. La réplica de los jugadores visitantes llegaba al instante con una nueva oportunidad desde la estrategia que culminaba Kike López con un disparo por encima del larguero.

 

Poco más daba de sí una primera parte intensa pero fea, sin apenas ocasiones, hasta que El Palo cobraba ventaja con un gol inesperado. En el 44, Guerrit cazaba el balón en la frontal del área y lanzaba un misil con la izquierda que se tragaba Sergio Aragoneses. En el primer disparo de El Palo en dirección entre los palos, el nuevo portero del Cádiz se comía el esférico, que aparecía fuerte pero por el centro. Llegaba a tocar el balón con las dos manos, pero no impedía el gol. Un grave error que obligaba a los amarillos a remontar en la segunda mitad. Desafortunado estreno el de un cancerbero experto.

 

El Cádiz parecía haber acusado el golpe del gol en un inicio de segundo acto desnortado, sin pulso, sin ideas. De hecho, eran los anfitriones los que metían más balones en el interior del área. Agné movía el banquillo con la entrada de Migue García por Kike Márquez en busca de una reacción que no terminaba de producirse. Eran los malagueños los que parecían ir por debajo. Insistían una y otra vez con centros sin consecuencias, pero al menos ofrecían mucho más que un Cádiz estéril, al que llegar a la portería contraria le costaba un mundo. Un inocente cabezazo de Dioni a centro de Migue García era el único amago de existencia en ataque en el primer cuarto de hora tras la reanudación.

 

Los amarillos se enrocaban en intentar jugar con pases en una misión casi imposible y las ocasiones tardaban en llegar. Hasta el minuto 67 no tiró el Cádiz con cierto peligro. Lo hacía Perico con un zurdazo desde la frontal del área que se marchaba alto. Un minuto después, casi sin respiro, Dioni tenía la oportunidad más clara, aunque si disparo, ya en el interior del área, lo repelía Pagola.

 

El tiempo volaba y Agné se jugaba la última carta con el estreno de Pauliño en sustitución de Garrido. Pero no había manera. El destino había reservado otra cruel derrota para un Cádiz vulgar que era incapaz de hacer sufrir a un adversario agazapado en su territorio sin que nadie le incomodara.

 

El arreón final de los amarillos no daba frutos. Tena cabeceaba alto tras un saque de esquina y Fran Pérez se colocaba de delantero centro para nada, porque no recibía balones. Los locales eran duelos del esférico en los compases postreros y al final, el mismo desenlace de siempre.

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