Cádiz CF | Albacete

El mejor repertorio lo firma Álex Fernández

  • Los seguidores se salvan de la histórica maldición de perder en Carnaval

El Carnaval y el Cádiz, dos pasiones compartidas por muchos, se han dado la mano hoy en el Ramón de Carranza en un encuentro en el arranque de la fiesta en la calle. Un coliseo cadista disfrazado de estadio de Primera por el ambiente y las ganas de fútbol. Todo ello el primer sábado de Carnaval y a las cuatro de la tarde. De 'la maldición de la lapa negra' a la alegría del equipo amarillo. Esto es Cádiz y aqui hay que... ganar.

La antesala del choque ha dejado ver en el corazón de la Tribuna a ex cadistas fijos en los encuentros como David Vidal y Manolo Pérez, entre otros muchos, y a infinidad de peñas con sus socios disfrazados externamente porque el disfraz de cadismo, el que se lleva dentro, siempre acompaña. El duelo entre amarillos y blancos ha mostrado curiosidades como los dos porteros ejerciendo de capitanes, además que el del Cádiz es albaceteño y el del Alba se apellida Nadal y es de Manacor, pero no tiene nada que ver con Rafa, el tenista.

Los espectadores han seguido las evoluciones de los suyos sobre un césped que continúa impresionante –no así los dos videomarcadores, que estaban hoy como un cuplé malo-, mientras han cantado aquello de “que bonito, que bonito, que bonito está mi Cadi...”, escuchándose también “somos los hinchapelotas...”. Los seguidores del Albacete, presentes en la grada alta de Preferencia, han asistido con aplausos al jolgorio local.

El cero a cero con la segunda parte bien entrada ha traído nervios y desconfianza a la grada al no tener la gente nada claro que los puntos se iban a quedar en el casillero amarillo. Pero esa sensación se ha trasladado a la hierba con piques entre los jugadores con el balón parado. Eso se ha traducido en muchas tarjetas amarillas en pocos minutos y entonando el público aquello de “que malo eres, árbitro, que malo eres...”. Todo, como consecuencia de la tensión por las plazas de ascenso que quieren a final de Liga unos y otros.

Locura total con el penalti, inexistente, a Manu Vallejo y el gol de Álex Fernández, que mucho bien le hace al madrileño ahora que le toca vivir en el papel de ‘cajonazo’. La frescura mental del ex madridista, pese a todo, le ha permitido asegurar un lanzamiento desde los once metros en el que había algo más que tres puntos para él y para el equipo.

El final del encuentro ha llevado al campo lo que desde anoche se vive en la ciudad: Una fiesta plena por un equipo que se quita el disfraz de la permanencia para colocarse el tipo de candidato al primer premio.

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