El entrenador del Cádiz CF no ha disfrutado de una semana completamente feliz por la grave lesión de José Mari, que en Valencia revivió los peores episodios que ya le han tocado vivir de amarillo en otras ocasiones. Su ausencia no es una baja cualquiera.

Para enfrentarse al Elche este lunes en el Nuevo Mirandilla, Sergio González sigue teniendo ocupada la enfermería con futbolistas como el portero David Gil y los defensas centrales Víctor Chust y Juan Cala. Al menos hay un zaguero que trae una buena noticia. Se trata de Momo Mbaye, quien acumula las sesiones suficientes para volver a estar apto. El preparador del Cádiz CF le incluirá en la lista de convocados a la finalización del último entrenamiento.

Entre esas ausencias, la de José Mari "es muy importante", tal y como reconocía este sábado Sergio. "En el día a día es un ejemplo, es un peso importante dentro del vestuario. Y estaba dando un rendimiento brutal sabiendo su rol y su función en el equipo. Va a ser una ausencia sensible".

Una baja que eleva a delicado el estado de los centrocampistas. Pero el técnico del Cádiz CF tira de positivismo. "Contamos con cuatro pivotes y tenemos garantías para afrontar esa posición. Vamos a ver qué podemos hacer y a partir de ahí ejecutaremos. Con cuatro pivotes estaremos bien para el lunes, ya para el futuro veremos. Sé que un delantero va a venir sí o sí. Estoy convencido".

Bajo este escenario de limitaciones en posiciones como el centro de la zaga y los pivotes, no duda en mirar a las secciones inferiores. "Somos un cuerpo técnico que nos encanta. Hemos sido canteranos y sabemos lo que supone para un chico, ver su cara. Carlos (García) ha estado y se ha quedado y también ha venido Lautaro, que jugó en Copa. Recuerdo una frase de Camacho que decía que los chavales del filial deben derribar la puerta. Es una realidad".