El próximo domingo se vivirá un encuentro de altos vuelos en el estadio Ramón de Carranza (a partir de las seis de la tarde). El Cádiz recibirá a todo un hueso duro, el Lucena, el equipo más forma en 2013 del grupo IV de Segunda División B. El conjunto cordobés llegará al coliseo gaditano con el sello de mejor escuadra de la segunda vuelta, con una trayectoria tan ascendente como meteórica que le mantiene, a falta de cuatro jornadas para el epílogo del campeonato, en el tercer peldaño de la escalera clasificatoria. El cuadro aracelitano lidera la teórica tabla de la segunda mitad del campeonato y es, a día de hoy, el rival más complicado según revelan las cifras, esas que nunca mienten.

Será un duelo intenso entre dos de los cuatro equipos más entonados desde el comienzo de la segunda ronda de la Liga que además se juegan la vida por distintas razones: los amarillos quieren agarrarse cuanto antes a la permanencia en la categoría para evitar sobresaltos de última hora, mientras que los lucentinos están inmersos en la dura batalla por los play-off, a los que aspira por segunda campaña consecutiva.

La fortaleza del próximo rival del Cádiz queda reflejada en los números obtenidos desde mediados del pasado mes de enero. De los quince partidos disputados desde entonces, los cordobeses han ganado nueve, empatado cinco y perdido sólo uno -ante el Almería B (1-0) a domicilio el pasado 3 de marzo-. Han sumado 32 puntos de los 45 en liza, una hoja de servicios más que notable a la que sólo se acerca el Cartagena -segundo clasificado-, con dos puntos menos. El tercero en la segunda vuelta es el Jaén con 29 puntos, justo por delante del Cádiz, cuarto con 25, los mismos que acumula la Balona (el balance goleador de los amarillos es mejor, con un saldo de +5 por el +1 de los linenses).

El inquilino del Carranza firma números de fase de ascenso en una segunda vuelta en la que arrastra el lastre de la nefasta primera parte de temporada. Y es que en la ronda inicial, el Cádiz ni siquiera fue capaz de llegar a los 20 puntos. De hecho, alcanzó el ecuador del curso con unos ridículos 19 de 57, es decir, con un tercio de los puntos posibles y en un preocupante puesto de descenso.

El éxito del Lucena radica en el escaso número de goles recibidos (nueve en las últimas 15 jornadas) y en su eficacia cuando ejerce de anfitrión. En casa ha ganado seis partidos y ha cedido dos empates.

La efectividad del conjunto cordobés pierde fuelle cuando juega en campo contrario, aunque el balance no es negativo. De las siete visitas que ha realizado en la segunda vuelta, tres las ha resuelto con victoria, otras tres con tablas y una sola con derrota (la citada contra el filial almeriense). En total, 12 puntos de 21 (más de la mitad). El trío de triunfos lejos del Ciudad de Lucena los ha conseguido ante rivales que habitan en la zona trasera -Sevilla Atlético (2-3), Arroyo (0-2) y UCAM Murcia (1-2)-. Como visitante ha recibido seis goles (una media de 0,85 por encuentro), mientras que como local sólo tres (0,37 de media por choque). En total, nueve veces perforada su portería, lo que supone un promedio de 0,6 por duelo.

Los 18 goles que el Lucena ha marcado hasta ahora en la segunda vuelta los ha repartido de manera equitativa como local y foráneo (nueve en cada caso), aunque ha jugado una jornada más en casa. La media global es de 1,2 tantos por encuentro, que en casa se queda en 1,12 y a domicilio en 1,28.

Durante las 15 jornadas transcurridas en la segunda parte de la Liga, el Lucena sólo ha dejado de marcar en tres partidos (dos de ellos lejos de su feudo, ante Almería B y Vullanovense). La visita más reciente es al terreno del Albacete, de donde sacó un punto.