Cádiz CF

Sergio se hace fuerte en el Cádiz CF ante la adversidad

  • El canterano se destapa contra el Oviedo con un partido completo, posiblemente el mejor en el primer equipo

Sergio González acabó el encuentro con un gorro más propio de los deportes acuáticos.

Sergio González acabó el encuentro con un gorro más propio de los deportes acuáticos. / JULIO GONZÁLEZ

Sergio González tardará mucho tiempo en olvidar el Cádiz-Oviedo (2-0), el partido en el que recuperó la titularidad, en el que dio el que ha sido posiblemente su mejor encuentro en el primer equipo y en el que acabó partiéndose literalmente la cabeza por el amarillo y azul que defiende desde hace siete años este cartagenero.

El canterano es un futbolista al que habitualmente ha tenido en consideración Álvaro Cervera, a pesar de que no siempre le ha premiado con los minutos que quizás se merecía. Pero por boca del entrenador han sido frecuentes los halagos hacia este chico de 23 años que esta temporada se está graduando como profesional cadista.

El partido contra el Oviedo, una final después de un mal retorno a la competición tras el confinamiento, trajo la sorpresa de que el técnico apuntaba al cartagenero para que acompañara a José Mari en el doble pivote. Con Bodiger sancionado, tanto Edu Ramos como el recién llegado Augusto Fernández parecían opciones preferentes. Pero Cervera tomó una decisión que dejaba entrever muchas veces aunque luego le costaba plasmarla en hechos. Ahora sí, "con el 34 jugará de inicio Sergio González".

Al más pequeño de 'la banda' le tocaba dar la cara en una final contra un rival agobiado por un descenso que le pisa los talones. Por delante de Edu Ramos y Augusto, Sergio formaba pareja de baile con José Mari, compartiendo ambos demarcación y representante -a los dos los lleva Rafael Rodríguez Rafita- en un día muy señalado.

El canterano se metió entre pecho y espalda el mejor encuentro de amarillo que se le recuerda desde aquel 15 de mayo de 2016 en el que debutó en el primer equipo. Y eso que lo hizo diezmado porque en el minuto 4 se llevó la peor parte en un salto de choque cabeza con cabeza entre Tejera y él. Una brecha que sangraba de manera abundante hizo temer lo peor de su continuidad en el juego. Pero tras pasar por 'chapa y pintura', Sergio regresó al césped con un espectacular vendaje.

Fue algo así como si el golpe le hiciera crecer y hacerse más fuerte. Corrió más que nadie (11,05 kilómetros según los datos de LaLiga), oxigenó de manera brutal el centro del campo y especialmente a su compañero José Mari, tuvo un papel importante en la anticipación, en cortar acciones de iniciativas del Oviedo; tapó espacios multiplicando el esfuerzo y, además, de sus botas salió el cambio de orientación hacia Pacha Espino en la acción del primer gol.

Un rendimiento impecable que no dudaban en destacar los comentaristas de la retransmisión por Gol TV y que valoraban los compañeros. Nada más que había que fijarse en Garrido de pie en la grada de Tribuna, aplaudiendo y alentando a todos los futbolistas, en especial a Sergio González porque el vasco entendía mejor que nadie el desgaste y el alto índice de acierto del canterano en un partido con tantos nervios por la importancia de los puntos.

Sergio lo pasó mal por culpa del vendaje en la cabeza, la incomodidad y tener que acudir un par de veces a la banda, solicitado por el árbitro, debido a que la herida no paraba de sangrar. En esas condiciones brindó una actuación muy completa en defensa y ataque de la que se percató mejor que nadie su entrenador, que de esta forma lo dijo en la sala de prensa al acabar el encuentro: "En el juego se ve que hay mucho nerviosismo porque nos jugamos muchísimo. Ahora mismo me quedo con los tres puntos y con el partido de Sergio".

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