No arroja la toalla. Como hasta el último momento corriendo la banda, Raúl López se está vaciando para intentar evitar un adiós que está cantado. El defensa no se rinde y tiene intención de reunirse con Quique Pina y Juan Carlos Cordero, a fin de conocer por boca de ellos qué decisión se ha adoptado con su situación. La despedida parece inevitable, aunque el zaguero trata de apelar a todos los aspectos posibles antes de tener que buscar destino fuera del Ramón de Carranza.

"Me quiero reunir cuanto antes con Quique Pina y Juan Carlos Cordero para conocer mi situación por boca de ellos. Mantengo la esperanza y no arrojo la toalla. Igual consigo darle la vuelta a la situación, pero sé que es difícil", señala dentro de su particular balanza entre el 'sí' y el 'no'.

La nostalgia está muy presente estos días en el entorno de Raúl. Recuerdos en amarillo desde los 16 años que pueden formar parte de la historia. Todo pendiente de una conversación que da la sensación de tener el final escrito y firmado. "No es fácil desprenderse de este equipo. Si no me sintiera bien para seguir jugando sería el primero en decirlo. Es bueno que en un vestuario haya un jugador que significa tanto; sería importante", añade como tratando de encontrar un mayor respaldo propio a su continuidad.

Como el ángel y el demonio, a veces al jerezano le aparece la cara más negativa en todo este asunto. "Lo veo complicado, muy difícil, pero voy a intentarlo. A ver qué me dicen". Como tiene asumido el 'no' con el que entrará a esa hipotética reunión con Pina y Cordero, el jugador dice que "si me tengo que ir no cabe duda de que no es el final soñado". "Me cuesta pensar en despedirme de tanta gente a la que me une mucha amistad; la prensa, empleados, aficionados... Es muy duro", acaba con un débil tono de voz.

Y mientras Raúl espera acontecimientos, la situación entre los jugadores con contrato en vigor que no entran en los planes de los nuevos gestores se antoja muy incómoda. Hay futbolistas que en un momento determinado podrían ser repescados para el proyecto, sonando con más fuerza los nombres de Baquero y Juanse. Los casos de los canteranos José Miguel Caballero y Lolo Armario también podrían tener otro debate. Y el resto (Álvaro Silva, Serrano, Enrique, Álvaro Jurado y Aarón Bueno) parecen condenados a llegar a acuerdos para cambiar de aires.

Otro caso es el de los canteranos Dieguito y Rubén Díaz, cuya propuesta de renovación tiene el visto bueno de los administradores y el de Santiago Pozas -tal y como se le ha hecho ver a las partes afectadas-, pero ahora habrá que esperar a la decisión de los nuevos gestores.