El segundo refuerzo del mercado invernal ya está aquí. Fue una sorpresa. Se había dado por hecho que Fausto Tienza iba a convertirse en jugador del Córdoba, pero al final se inclinó por el Cádiz. Una vez más quedó demostrado que mientras no haya nada firmado, cualquier cosa puede pasar en el mercado. Los responsables deportivos pusieron toda la carne en el asador para hacerse con los servicios del futbolista, que hace un par de días rescindió contrato con el Osasuna después de un año y medio de estancia en el conjunto pamplonica. El centrocampista había reconocido su interés por incorporarse al Córdoba, pero se cansó de esperar al club blanquiverde, que no termina de desbloquear el veto de fichajes impuesto por LaLiga a causa del déficit aproximado de un millón de euros en el límite salarial.

Los problemas del Córdoba y el vivo interés del Cádiz cambiaron el rumbo y en lugar de parar en la ciudad de la Mezquita continuó más al sur hasta traspasar los límites de Cortadura y adentrarse en la ciudad para cruzar la puerta de entrada del estadio Ramón de Carranza. Se decantó por el conjunto amarillo, por el que firma lo que resta de esta temporada y la siguiente después de llegar con la carta de libertad. El Cádiz no paga traspaso. Es un medio de corte defensivo que destaca por su capacidad para destruir el juego del adversario en la medular, su fuerza y su carácter. Imprime energía a la zona ancha. Garrido era el único futbolista de esas características y a partir de ahora tendrá un duro competidor en la plantilla de la que saldrá beneficiado el equipo.

El entrenador, Álvaro Cervera, afirmó hace varios días que el medio que buscaba el club no era de relleno. No le falta razón. Fausto Tienza atesora experiencia en Primera División, categoría en la que militó la pasada temporada como integrante del Osasuna, con el que jugó 19 partidos -16 como titular- y acumuló más de 1.200 minutos. Ya había debutado en la élite en las filas del Betis en la campaña 2012/13, cuando participó en los últimos cinco minutos del duelo contra el conjunto navarro.

A sus 28 años recién cumplidos -el pasado día 8-, el extremeño nacido en Talavera La Real (Badajoz) que mide 183 centímetros se une a una escuadra que a día de hoy está metida de lleno en la puja por el ascenso y es rival directo de su anterior equipo, del que se marchó después de haber contado poco para Diego Martínez. Con los rojillos sólo había disputado cinco encuentros este curso y no saltaba al césped desde la 14ª jornada. Ha jugado poco (no alcanza los 300 minutos) y por lo tanto se incorpora fresco de piernas y pulmones. Llega al Cádiz con tres cartulinas amarillas en su mochila de amonestaciones.

El pacense debutó con 16 años en el Valencia Mestalla en Segunda B, división en la que jugó después con el Caravaca, La Muela, Melilla y Betis B. Dio el salto a Segunda A cuando se enroló en el Alcorcón en el ejercicio 2014/15. En el conjunto alfarero jugó cerca de 60 encuentros antes de trasladarse a Navarra para defender el escudo osasunista.

Con su incorporación al conjunto amarillo son cinco los medios que forman parte del plantel cadista, una cifra estimada como necesaria debido a la habitual apuesta del técnico por un trivote. Jon Ander Garrido, Álex Fernández, Rafidine Abdullah, Eugeni Valderrama y Fausto Tienza conforman la nómina de centrocampistas hasta final de temporada. El nuevo fichaje será presentado hoy.

Los responsables deportivos del club, Quique Pina y Juan Carlos Cordero, centran su esfuerzos ahora en el aterrizaje de un delantero que cubra la baja de Rubén Cruz, que hace una semana se unió al Cartagena. Son varios los nombres que tienen en cartera y en las próximas fechas cerrará una operación. Tienen una semana por delante y si se conreta la llegada del ariete la plantilla dispondrá de 26 jugadores, por lo que tendría que producirse un nuevo descarte. Además de Rubén Cruz, el otro jugador que dejó de tener ficha para lo que resta de temporada es José Mari, lesionaso de gravedad en una pierna en Zaragoza el pasado mes de diciembre.