Parecidos ante los fuertes
Gaditanos y ferrolanos presentan un balance similar en sus enfrentamientos contra los rivales más poderosos de sus respectivos grupos, de los que sólo ganaron un encuentro
El Cádiz anda concentrado en su trabajo diario a puerta cerrada con vistas a una nueva fase de ascenso -la quinta de la sexta temporada consecutiva en su tercera etapa en las catacumbas de la Segunda División B- y a día de hoy es una incógnita la respuesta que ofrecerá el equipo entrenado por Álvaro Cervera cuando mañana sábado -a partir de las nueve de la noche e el estadio Ramón de Carranza- le toque enfrentarse, en el partido de ida de la primera eliminatoria -tiene que superar hasta tres rondas para poder hacer realidad el objetivo de subir a la categoría de plata-, al Racing de Ferrol, subcampeón del grupo I.
La dinámica del conjunto amarillo no es buena salvo el oasis de la victoria obtenida en la última jornada de Liga ante el Real Jaén -cinco puntos de los últimos 24 fruto de una cosecha de cinco derrotas, dos empates y un triunfo-. La esperanza del equipo gaditano se asienta, entre otros pilares, sobre la buena sensación que supone ganar justo antes del arranque del play-off, lo contrario de un adversario que en la cita de clausura perdió ante un contrincante que descendió a Tercera y se dejó una primera plaza que había ocupado desde la séptima jornada.
Gaditanos y ferrolanos se medirán a doble partido con la incógnita de cuál de los dos llega mejor al cruce y de cómo responderá cada uno en el momento decisivo. Un recorrido por las prestaciones de ambas escuadras en los partidos ante los tres rivales más fuertes de sus respectivos grupos -los que también accedieron a la fase de ascenso- permite observar una trayectoria similar que invita a pensar en el equilibrio de fuerzas con el que a priori se presenta la eliminatoria al margen del estado de forma como bloque e individual de cada contendiente.
Y es que tanto Cádiz como Ferrol no salen bien muy parados en sus encuentros contra los adversarios más fuertes de sus grupos. Mientras los amarillos sólo sumaron cinco puntos en el total de los seis choques contra UCAM (campeón), Murcia (segundo) y Sevilla Atlético (tercero), los verderones se quedaron en seis puntos en el global de media docena de compromisos frente a Racing de Santander (primero), Tudelano (tercero) y UD Logroñés (cuarto).
Los duelos contra los tres primeros clasificados del grupo IV sirven de referencia para escudriñar el grado competitivo de un Cádiz atareado en las labores de encontrar su mejor versión en el momento más importante de una temporada irregular que todavía está a tiempo de enderezar. El balance global de los seis partidos disputados contra UCAM Murcia (campeón), Real Murcia (segundo a falta de un partido) y Sevilla Atlético presenta una doble lectura: una negativa y otra esperanzadora siempre y cuando el equipo emprenda el camino adecuado. El dato menos bueno es que el cuadro gaditano sólo fue capaz de ganar uno de esa media docena de choques. Fue a finales del pasado mes de febrero como visitante ante la escuadra pimentonera, a la que batió cuando el equipo de la Nueva Condomina todavía ocupaba el trono y no había empezado a decaer. Empató dos partidos (en ambos casos ante el filial sevillista) y perdió nada menos que tres: los dos frente al conjunto universitario y en casa contra el Murcia. El recorrido no es nada halagüeño y menos aún cuando en ninguno de esos seis partidos fue capaz el Cádiz de dejar la portería a cero y en la mitad de ellos no marcó un gol.
La visión cambia de prisma si se analizan los resultados ante los adversarios más potentes del grupo IV como si se tratasen de eliminatorias. En ese supuesto, el Cádiz habría perdido con claridad contra el UCAM Murcia, frente al que cayó en los dos encuentros por el idéntico marcador de 2-0. Aunque el equipo católico no fue superior en el juego en los dos duelos, sí se mostró mucho más efectivo tanto en defensa como en ataque gracias al oficio que no demuestra el equipo amarillo pese a disponer de una plantilla veterana. Contra el Real Murcia hubiese salido triunfador al haber marcado un gol más fuera de casa que su rival. Frente al filial sevillista el cruce se hubiese ido a la prórroga -y quizás penaltis- tras el doble empate a uno.
El Ferrol sólo consiguió una victoria ante los equipos más fuertes de su grupo. Fue en la lejana segunda jornada, cuando batió por 2-0 al UD Logroñés. Los cinco envites siguientes los saldó con tres tablas y dos varapalos. Cayó (2-1) en casa el cuadro riojano, igualó sin goles en los dos partidos contra el Tudelano, empató (2-2) en su feudo ante el Racing y perdió (3-1) a domicilio ante el conjunto cántabro. Marcó en cuatro de esos choques -seis dinas en total- y no recibió un tanto en tres, aunque en los otros tres el saldo llegó hasta los siete tantos en contra.
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