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Llegó el momento de pisar a fondo sin el freno de mano

  • Álvaro Cervera podrá contar frente al Zaragoza de nuevo con Garrido y Álex Fernández, ya libres de la amenaza que supone tener a los integrantes del doble pivote apercibidos de sanción

Jon Ander Garrido pugna por el balón durante el encuentro contra el Rayo en Vallecas.

Jon Ander Garrido pugna por el balón durante el encuentro contra el Rayo en Vallecas.

álvaro Cervera tiene motivos para la preocupación de cara al importantísimo encuentro del próximo lunes en el Ramón de Carranza contra el Zaragoza. La dinámica del equipo amarillo, que encadena ya siete jornadas sin conocer el triunfo, lo que le ha llevado a despedirse de la lucha por el ascenso directo y a caer a la sexta plaza; la entidad del rival, que ha descrito en la segunda vuelta una trayectoria al alza que ha terminado no sólo por situarlo en zona de play-off sino incluso le ha permitido rebasar a los gaditanos; la baja segura de Salvi, con una rotura de fibras que hasta pone en peligro su concurso más allá del encuentro de esta jornada, y la duda de Álvaro García, el otro extremo titular que también arrastra problemas físicos, son a buen seguro circunstancias que analiza el entrenador en los días previos a la contienda. No obstante, como todo no van a ser malas noticias, el técnico también debe observar como una buena nueva el hecho de que, después de muchas semanas, otra vez vaya a contar con los dos integrantes titulares del doble pivote libres de la presión que supone jugar apercibidos de sanción federativa.

En efecto, desde que el Cádiz cayó en su visita a Osasuna, hace ya más de dos meses, Álex Fernández y Garrido han estado sobre el campo, los dos o uno de ellos, con la soga al cuello que representa saber que una tarjeta amarilla implica un partido de castigo por acumulación. Dos futbolistas muy importantes para los esquemas de Cervera y que, por la demarcación en la que se desenvuelven, entran habitualmente en contacto con sus rivales, por lo que están más expuestos que otros a que les muestren la cartulina. Dos jugadores fundamentales para las aspiraciones de alcanzar el play-off de ascenso que se han visto obligados a actuar en cierta medida con el freno de mano echado. Porque por más que la consigna que se les marque desde la banda sea la de ir al 100%, con todo, lo cierto es que el peso de cuatro tarjetas amarillas termina haciendo su efecto en pequeños detalles que a la postre suman de manera negativa para el conjunto. Como suelen decir los amantes de las estadísticas, cosas de los intangibles del fútbol.

El centrocampista madrileño fue amonestado en Pamplona y a partir de ese momento tuvo que saltar al campo consciente de que se encontraba a una amarilla de perderse un encuentro. En situación afrontó las siguientes seis jornadas: contra el Sevilla Atlético (la última victoria cadista en casa, 4-1), en León (el último triunfo antes de entrar en barrena, 0-1) y frente al Huesca (1-1), el Rayo en Vallecas (1-1), el Almería (0-0) y el Reus, último revés (1-0) y cuando vio una quinta amarilla que le impidió ser alineado contra el Sporting de Gijón. En todos estos duelos completó los 90 minutos sobre el césped.

Por su parte, el medio vasco cargó con su cuarta amarilla en la visita a la Cultural y a partir de ese día tuvo que vivir con el agua al cuello los siguientes seis choques: ante el Huesca, el Rayo, el Almería, el Reus, el Sporting de Gijón (0-0) y el Valladolid (1-1), cita la del Nuevo José Zorrilla en la que vio una quinta amarilla que le apartó de la convocatoria para viajar a Albacete el anterior fin de semana. Al contrario que en el caso de su compañero, Jon Ander completó los 90 minutos en el once ante el Huesca, el Rayo, el Almería y el Sporting, mientras que frente al Reus fue sustituido por Eugeni a renglón seguido de que amonestaran a Álex Fernández, en el minuto 71, y ante el Valladolid, por Alberto Perea justo después de ver la tarjeta él mismo, en el 64'. Tan fundamental considera Cervera para sus esquemas a Garrido que en tierras catalanas, una vez que tomó conciencia de que Álex se perdería un partido por sanción, no quiso arriesgar a quedarse también sin el bilbaíno para recibir al Sporting, y ante el Valladolid, cuando fue éste el que vio la tarjeta con la que completaba ciclo, lo sacó del campo antes de tiempo para evitar una posible expulsión que no sólo le privaría de actuar en Albacete (1-1) sino que le mantendría apercibido para recibir al Zaragoza.

Lo dicho, dos fijos en la zona ancha del Cádiz de Cervera que desde hace mucho no coinciden en el rectángulo de juego empleándose los dos al mismo tiempo sin la tensión extra que implican las cuatro tarjetas. Dos fijos para los que el entrenador no tiene un recambio claro. De hecho, cuando faltó Álex Fernández ante el Sporting, el elegido para formar tándem con Garrido fue Abdullah, recuperado para la causa desde ese día tras el toque de atención recibido por su propio míster, que aprovechó una rueda de prensa previa al fin de semana para reprocharle su mala actitud. Y cuando el que faltó fue Garrido contra el Albacete el pasado domingo en el Carlos Belmonte, entonces el elegido para acompañar a Álex fue Fausto Tienza, aunque manteniendo también en el titular al comorense, que a lo que se ve tomó nota del tirón de orejas y parece haberse enchufado para aportar su grano de arena en pos de hacer realidad el segundo objetivo de la campaña, una vez conseguida, por segunda temporada consecutiva, la permanencia de manera más que holgada.

El próximo lunes, por fin, la lógica apunta a que volverán a integrar el doble pivote Álex y Garrido y a que lo harán dispuestos a ir a por todas sin ningún tipo de temor. Así al menos lo exigen el rival de turno y la imperiosa necesidad de empezar a sumar de tres en tres para no perder el ansiado tren del play-off.

Sin duda, las características de los componentes del doble pivote se antojan decisivas para la propuesta futbolística de Cervera, al menos con la plantilla con la que cuenta, ya que su premisa ofensiva va encaminada al robo del balón para montar un rápida salida hacia el marco contrario. Lástima que en esta ocasión vaya a faltar sí o sí como mínimo uno de los dos puñales del ataque: Salvi. Con Alvarito todavía toca esperar.

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