La plantilla del Cádiz se ejercitó ayer por la mañana en la Ciudad Deportiva en una sesión de recuperación para los futbolistas que participaron en el encuentro contra el Lugo del pasado sábado y más intensa para los que no jugaron. Jona, el tercer y en principio último refuerzo llegado en el mercado invernal -hasta el miércoles no echa el cierre-, trabajó con energía. Su objetivo es entrar con rapidez en la dinámica del grupo, adaptarse a la forma de juego que quiere el entrenador y pujar por un puesto en la delantera o al menos en la convocatoria.

Los que no se entrenaron con normalidad fueron Rafidine Abdullah y Brian Oliván. El centrocampista se tuvo que retirar poco antes del descanso con molestias en un tobillo, mientras que el lateral izquierdo tuvo la mala suerte de sufrir una lesión muscular en una pierna. Las pruebas médicas determinarán el alcance de las distintas dolencias de los dos jugadores.