La semana que comenzó ayer para el Cádiz a efectos de entrenamientos preparatorios para el primer asalto de la fase de ascenso a Segunda A, puso de manifiesto que llegan días diferentes a lo vivido en los últimos nueve meses. Ahora todo está calculado al milímetro y no hay lugar a la improvisación ni al exceso de confianza. La mejor prueba de ello es que ayer tanto Andrés Sánchez como Jorge López no tomaron parte junto al grupo en la sesión de trabajo. Los responsables de la parcela médica ven a los dos aptos para el domingo, aunque abogan por destinar para ambos una semana diferente.

El primer entrenamiento después del descanso deparó lo que era casi esperado en Andrés Sánchez. El lateral izquierdo murciano -único en su posición al estar Tomás pendiente del quirófano- tuvo una jornada distinta al resto de compañeros, con una labor muy suave para evitar un mayor desgaste en los aductores que se le cargan desde hace varias semanas como consecuencia de la lesión que sufrió en un tobillo. Ayer estuvo entre algodones, pero entre hoy y mañana se intentará que se una al grueso del plantel siempre dentro de unos límites razonables para un jugador al que ahora hay que mimar más que nunca.

El otro caso de gran reserva es el de Jorge López. Una pequeña rotura muscular le dejó fuera del decisivo choque en Cáceres. Ayer no trabajó con la plantilla y la intención de los responsables médicos pasa por intentar que hoy, al menos, lleve a cabo tres cuartas partes de la sesión preparatoria. En su caso hay igualmente optimismo para que pueda llegar a tiempo al duelo de ida de la primera eliminatoria del play-off.

Del resto de futbolistas, apuntar que Juan Villar realizó el entreno completo una vez que el golpe que se llevó en una rodilla la semana pasada, que le hizo ser baja frente al Cacereño, es ya historia, y señalar que los hombres que acabaron con contusiones en el Príncipe Felipe evolucionan de manera favorable.

El equipo cadista entrenará de nuevo hoy, a partir de las diez y media, en las instalaciones de El Rosal.