Cádiz CF

Coronación en la visita al Príncipe Felipe

  • La vuelta a Cáceres traerá como recuerdo la clasificación al 'play-off' en el partido de la campaña pasada

Un encuentro de gran recuerdo, de recuerdo fresco y brillante. El próximo domingo el cadismo, ese amigo que nunca falla, revivirá con motivo de la visita del equipo a Cáceres el feliz episodio de la pasada temporada, cuando la victoria por cero goles a dos dio la clasificación para el play-off. Una campaña después el Cádiz regresa a un campo que resultó muy importante hace diez meses, cuando, de la mano de Antonio Calderón, abrió las puertas de una fase de ascenso que se truncó en el primer intento.

Cuando el conjunto gaditano acudió al Príncipe Felipe, éste, que da nombre al feudo extremeño, quemaba sus últimos días antes de la proclamación como rey. Además, estaba a punto de expirar una temporada que comenzó Sinergy y que acabó Locos por el Balón. Que arrancó bajo el mando de Alessandro Gaucci, mánager general, y la concluyó con Carlos Medina como apoderado y hombre fundamental de la primera etapa del nuevo grupo. De hecho, en la retina del periodista y director de Línea 6 Comunicación queda la ovación y los gritos coreando su nombre que la afición le dedicó al acabar aquel encuentro, sabedora la masa social que su papel fue determinante para alcanzar aquel éxito.

En Cáceres, el Cádiz debía hacer los deberes y daba igual lo que sucediera con el Guadalajara -goleó al San Fernando, que acabó descendiendo a Tercera- para obtener la cuarta posición, por detrás de Albacete, La Hoya Lorca y Cartagena.

La masa social del equipo respondió como siempre hace en los grandes momentos y conquistó Cáceres en una jornada maratoniana. Algo más de 2.000 cadistas inundaron tierras extremeñas y dejaron pequeña la grada de Preferencia del Príncipe Felipe, en la que el amarillo eclipsó al verde local. La marea amarilla salió de Cádiz en los autobuses que movilizó un incombustible Carlos Medina, dispuesto a arropar al equipo cuando era más necesario.

Además de la capital gaditana, se organizaron excursiones desde otros puntos del país para estar con el equipo en el último encuentro de la fase regular, que tuvo el mejor final posible. Cuando el colegiado decretó el final del choque, el cadismo se lanzó al césped dejándose llevar por una victoria que, en aquel momento, significaba mucho después de una campaña sometida a una grave crisis institucional y a serios problemas deportivos que terminaron con la destitución de Raúl Agné. Concluir la 38ª jornada entre los cuatro primeros se recibió como un premio cuando nueve semanas antes parecía un logro imposible.

Manuel Vizcaíno, ahora presidente, estuvo en aquel encuentro aunque oficialmente su desembarco todavía no se había producido. Pero ya tomaba la senda marcada por Carlos Medina, la persona que despejó un camino repleto de maleza por la pésima gestión de Sinergy. Pudo ser, aquel Cacereño-Cádiz celebrado el 11 de mayo de 2014, la primera vez que el sevillano sintió lo que de verdad era el Cádiz, su afición y una parte del sentimiento que la mueve.

El domingo regresará el amarillo a la capital cacereña pero no con tanta gente como en la 2013-14. Estarán en juego tres puntos pero no tan decisivos como los de entonces. Y el Cádiz se medirá a un Cacereño que está muy fuerte en su campo y que trata de sumar puntos para alejarse aún más del descenso y acercarse a los puestos de Copa del Rey.

El Príncipe es ya Rey, el Cádiz está en manos Claudio Barragán y el ascenso sigue siendo el objetivo, como la temporada pasada, que es la única similitud. El domingo no será lo mismo pero siempre quedará el recuerdo de un día en el cual el cadismo lloró junto a los suyos por una gran alegría cuyo final, dos semanas después en Hospitalet, no fue el esperado.

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