Cádiz CF

El club apoya a Cervera frente al acto de indisciplina de David Barral

  • Pina dice que el técnico "tiene autorización porque su decisión da confianza al grupo"

Quique Pina, junto a Álvaro Cervera y Juan Carlos Cordero en El Rosal.

Quique Pina, junto a Álvaro Cervera y Juan Carlos Cordero en El Rosal. / J. Pino

El consejero delegado del Cádiz, Quique Pina, muestra su respaldo a la medida que adoptó Álvaro Cervera en Oviedo, cuando decidió dejar fuera de la alineación a David Barral como consecuencia de un acto de indisciplina del delantero durante la estancia del conjunto amarillo en Asturias.

Pina explicó ayer a Diario de Cádiz que "lo de Barral son situaciones que se generan en el fútbol y que ocurren bastante veces". El responsable de la gestión deportivo del club indicó además que "cuando se dan casos de indisciplina hay que darle al entrenador toda la autorización porque su decisión aportará mayor confianza al grupo. Por eso Cervera tiene toda la autorización del club ante el acto de indisciplina de Barral".

El consejero delegado recordó que el entrenador del Cádiz "tiene toda la propiedad para decidir en este asunto", con lo que mostró su apoyo total al hecho de que Cervera no contara con el ariete isleño el pasado domingo en el terreno del cuadro carbayón. Cabe recordar que el preparador del conjunto amarillo fue el que, nada más terminar el encuentro, habló de la inesperada ausencia de Barral. "Sabemos por qué no ha jugado y él sabe también por qué no ha jugado".

Posteriormente fuentes del club aclararon que el delantero llegó tarde al paseo matutino por los alrededores del hotel de concentración, la causa esgrimida para que no jugara frente al conjunto asturiano.La sorpresiva ausencia de David Barral en el encuentro contra el Real Oviedo despierta preocupación por el motivo de su no presencia en el terreno de juego del estadio Carlos Tartiere. A las ocho bajas que tenía el Cádiz se le unió además la de su goleador pero por una causa totalmente ajena a razones médicas. El delantero, autor de cuatro tantos en un frenético arranque de temporada -tres en la Liga y uno en la Copa del Rey-, se quedó en el banquillo castigado por el entrenador por un acto de indisciplina.

Fuentes cercanas al club informaron de que la medida tuvo su origen en el retraso del ariete a la hora de unirse al paseo que la expedición cadista realizó por las calles aledañas al hotel donde se alojaba. Esa es la versión oficial por más que pudiera considerarse excesiva la exclusión de un futbolista por el mero hecho de llegar tarde a una cita. ¿Hubo algo más que no ha trascendido? El caso es que Álvaro Cervera demuestra una vez más que no se casa con nadie, ni siquiera con el jugador que marca la diferencia en el comienzo de curso.

Hay unas norma internas que todos deben cumplir y el que no lo haga sufre las consecuencias de manera contundente e inmediata, aunque sea a 1.000 kilómetros de la capital gaditana. No le tiembla el pulso al técnico, que va a muerte con sus jugadores pero también les exige el máximo.

Cervera ya demostró la pasada campaña su firmeza en el vestuario cuando dejó a Dani Güiza sin convocar durante varias jornadas después de que el delantero internacional deslizara su malestar en las redes sociales. El preparador cadista explicó entonces que si no citaba al jerezano era por cuestiones técnicas, pero lo cierto es que había algo más. Cuando las aguas volvieron a su cauce, Güiza volvió a ser citado por el míster después de que el internacional asumiera la situación.

Ahora está por ver si el caso Barral es sólo un episodio o va más allá. Todo apunta a que el club multará al isleño y el interrogante que se abre es si será convocado para jugar contra Osasuna el miércoles en el duelo copero. El Cádiz anda escasos de efectivos arrastrado por las lesiones, pero ya está más que probado quién manda en el vestuario y si es necesario jugará un chaval del filial antes que tolerar un acto de indisciplina.Barral ya ha tenido problemas a su paso por otros equipos. La pasada temporada -en noviembre de 2016-, el Granada abrió un expediente disciplinario al delantero, al que llegó a apartar y suspender de empleo y sueldo tras propinar un golpe a su compañero Cuenca durante un entrenamiento.

Varios años antes, en 2012, cuando militaba en el Sporting de Gijón, el atacante tuvo variso desencuentros con el entonces entrenador, Javier Clemente. Dee hecho, cuando el técnico vasco se despidió de la plantilla quiso echar del vestuario al futbolista, que se negó y tuvo palabras subidas de tono con el míster y también con Abelardo Fernández.

En el Cádiz ya sabe Barral que tiene que acatar las normas internas establecidas por el club como cualquier otro futbolista. No hay privilegios para nadie. Si no las cumple, no podrá jugar. Si las cumple, tendrá vía libre para seguir marcando goles.

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