copa del rey · Cádiz cf-almería

Un gol es suficiente (1-0)

  • El conjunto amarillo se clasifica para la tercera eliminatoria gracias a un tanto de David Barral en un partido con pocas ocasiones frente a un adversario que no inquieta

Moha Traoré disputa un balón con Pervis.

Moha Traoré disputa un balón con Pervis. / Julio González

Un solitario gol de David Barral en el ecuador de la primera mitad le bastó al Cádiz para desehacerse del Almería (1-0) y meterse en la tercera ronda de la Copa del Rey. El conjunto amarillo supo aprovechar su momento en un partido soso y con pocas ocasiones, en el que no pasó apuros pese al marcador ajustado. De nada le sirvió al cuadro almeriense atesorar la pelota porque a la hora de la verdad no inquieto a un Cádiz que impuso su físico y que prosigue con su buena marcha, traducida en tres victorias y un empate desde el comienzo de la temporada.

El despliegue de la segunda unidad conllevó el estreno oficial como cadistas del portero Rubén Yáñez y el central Kecojevic, y la primera titularidad de Rober Correa, Álex Fernández y Moha Traoré. Sólo repitieron en el once tres jugadores que salieron de inicio en Lugo y el entrenador apostó por un 4-4-2, con David Barral y Dani Romera como pareja de baile en ataque, un auténtico quebradero de cabeza para la defensa foránea por su movilidad y briega.

En plenos minutos de tanteo, cuando el sol todavía apretaba en el Ramón de Carranza, un zurdazo de Aitor desde la frontal del área obligó al portero a estirarse para evitar el 1-0 y en la acción siguiente fue Hicham el que perdonó el 0-1 con un derechazo en el corazón del área que se escapó alto. El partido amaneció con igualdad en ocasiones como fiel reflejo del equilibrio en el juego hasta que Moha se empeñó en inclinar la balanza hacia los locales con veloces galopadas por la banda derecha. El barcelonés volvió loco a su par con su rapidez endiablada que se ajusta como anillo al dedo a la seña de identidad del Cádiz. Volcaron el campo hacia la derecha los locales, persistentes además en la presión frente a un adversario obcecado en el toque de balón desde su propia área. Tanto arriesgaron los visitantes atrás que en el minuto 18 regalaron el balón a Dani Romera, que desaborló al cancerbero y cedió atrás para que Barral rematase con un zaguero en línea de gol, aunque los reflejos de Fernando abortaron el gol.

El control del tempo de los anfitriones, que no del balón se acrecentó con el paso del tiempo hasta que saltó la liebre en el minuto 22. Enésimo robo de balón de Garrido, Moha, quién si no, irrumpió una vez más por la derecha y sirvió con precisión a Barral. El isleño, posicionado en la zona de remate, definició raso con la bota izquierda para poner con ventaja a los locales. El ariete demostró su pegada y anotó su tercer tanto de la temporada en otros tantos encuentros.

La insistencia de los hombres de Cervera dio frutos en un duelo de dos estilos opuestos. Los locales combatieron con esfuerzo y velocidad el intento de tiqui taca de los almerienses, cada vez menos atinados en el pase hasta ser engullidos por el empuje de los gaditanos, que llegaron al intermedio con una renta mínima que dejaba abierta la resolución de la eliminatoria. El Cádiz había dado con la tecla en la primera mitad pero le tocaba sentenciar en la segunda ante un rival que debía dar un paso en busca del empate. Los de Cervera afrontaban la tarea de administrar la ventaja sin dejar espacios atrás y con espacios a la contra, que es como se sienten cómodos.

Los rojiblancos empujaron en la reanudación mientras los amarillos tuvieron poco contacto con el balón en un arranque con dudas pero también con voluntad. No tardó Cervera en hacer debutar a Carrillo, sustituto de Dani Romera con 35 minutos por delante. Ninguno de los dos equipos era capaz de generar verdadero peligro en una situación que favorecía a los locales. Un cabezazo fuera de Javi Álamo, un disparo lejano de Servando sin puntería y poco más. Hasta que por fin un testarazo de Carrillo el 62 rompió el aburrimiento. Se marchó por encima del larguero pero la meritoria internada de Rober y el remate del delantero arrancaron los aplausos del personal.

El partido llegó al tramo definitivo con el 1-0 que aseguraba un final apretado. Rubén Yáñez, que hasta entonces apenas había intervenido, demostró sus condiciones con un paradón tras un misil de Tino Costa. Fue el único disparo peligroso de un Almería que no dejó de intentarlo ante un Cádiz que no aprovechó los huecos que dejaron atrás los visitantes para finiquitar a la contra, ni siquiera con la veloz frescura de Salvi y Nico 

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