A medida que se van anunciando o se esperan nombres de jugadores que serán habituales en el equipo amarillo en la segunda mitad de temporada, hay una realidad que pesa mucho en los movimientos que están llevando a cabo los dirigentes cadistas, y afecta a la salida de aquellos hombres que no entran en los planes del entrenador. A partir de una lista de tres o cuatro nombres, la dirección deportiva apura las opciones para buscar destino a los afectados.

Los nombres de Mario Barco, Alberto Perea, Dani Romera e incluso Matos están cogidos con alfileres a la espera de lo que suceda entre el miércoles y el jueves, cuando se dará por cerrado el segundo plazo del mercado de fichajes.

Por partes, Dani Romera cuenta con buen cartel en la categoría de plata a pesar del poco protagonismo que tiene en el Cádiz desde que fichó hace dos veranos. El Extremadura está asomando la cabeza por delante de otros conjuntos para encontrar en este ‘9’ la solución a sus males atacantes.

Tampoco Perea parece que tenga todo el convencimiento del cuerpo técnico para prolongar su estancia en el Ramón de Carranza, al menos es lo que se deduce por la falta de participación del ex barcelonista. Con la sensación de que tiene muchos jugadores por delante, la entidad vería con buenos ojos su marcha.

Una cuestión de descarte obligado es el lateral izquierdo. Alfonso Espino, uruguayo fichado del Nacional, ya está entrenando con el equipo cadista y esto provoca que tanto Brian como Matos estén a la espera de saber qué sucederá antes de las doce la noche de mañana. Brian es el lateral izquierdo titular, si bien es conocido el interés de algunos equipos de Primera en su incorporación. Matos no juega, y eso ya lo dice todo.