El triángulo de oro para tres de los barrios más necesitados de Cádiz

Con la reactivación del proyecto del nuevo Hospital, se ultima ya la reforma urbanística de tres barrios esenciales en extramuros: Cerro del Moro, Puntales y Loreto, que en 50 años de vida democrática han experimentado una profunda transformación

Puntales: el barrio que creció a las espaldas de Cádiz

Una imagen del Cerro del Moro a principio de los años 80.
Una imagen del Cerro del Moro a principio de los años 80. / D.C.

Cuando en 1979 entraron en San Juan de Dios, sede del Ayuntamiento de Cádiz, los nuevos concejales, elegidos en las primeras elecciones municipales democráticas desde las de 1936, varios de ellos procedían de los barrios más necesitados de la ciudad. Cerro del Moro, Loreto y Puntales. Todos en Puerta Tierra, todos separados del resto de la capital por la vía del tren. Muchos eran, también, referentes del movimiento vecinal, especialmente activo y reivindicativo desde la última etapa del franquismo.

La imagen de estos tres barrios en ese año, hace casi medio siglo, resultaría hoy inimaginable a los gaditanos más jóvenes, acostumbrados a pasear por una ciudad bien urbanizada en sus calles, plazas, avenidas y parques, incluyendo el Cerro del Moro, Loreto y Puntales.

Como otros barrios igualmente degradados y abandonados desde décadas antes, tanto en extramuros como en el casco antiguo, los vecinos del Cerro, Loreto y Puntales adolecían en 1979 de los equipamientos más básicos en su día a día. Calles sin asfaltar, bloques de pisos ya entonces en mal estado de conservación, ausencia total de servicios de atención sanitaria en las inmediaciones, ausencia total de zonas verdes, malas comunicaciones con el autobús urbano y ningún equipamiento sociocultural cercano a sus viviendas. Eran vecinos del "otro Cádiz", aquel al que no se accedía ni no se vivía en sus casas.

Hasta que los primeros ayuntamientos democráticos comenzaron a cambiar las cosas. Uno de los primeros planes que redactó el gobierno del socialista Carlos Díaz se centró en la mejora de la trama urbana, para lo que fue necesario buscar un préstamo bancario. Comenzaron a instalarse las tuberías de saneamiento hasta entonces inexistentes, se urbanizaron las calles y se levantaron los primeros centros sociales a la vez que las plazas centrales de los barrios se arreglaban como lugares de encuentros vecinales.

Imagen aérea del relleno para el paseo marítimo entre La Paz y Puntales.
Imagen aérea del relleno para el paseo marítimo entre La Paz y Puntales. / D. C.

En 1994 se planteó uno de los planes habitacionales más importantes de la ciudad: la reconstrucción del barrio del Cerro del Moro. Sin entrar en que todavía queda una fase por culminar treinta años después de su inicio, el que era la barriada más conflictiva de la ciudad cambio radicalmente su piel, hasta integrarse en la ciudad, lejos de antiguos desprecios.

A ello ayudó el proyecto del soterramiento de la vía del tren, ya con el gobierno de Teófila Martínez. El proyecto de ciudad más relevante de nuestra historia más reciente. Un ejemplo de integración que no se repite en otras capitales del país. Una forma de conectar antiguos barrios degradados con la Avenida de la ciudad.

Este proyecto se complementó, también con Martínez como alcaldesa, con la construcción de un nuevo paseo marítimo entre La Paz y Puntales (para después conectar con el nuevo puente y el recién nacido barrio de Astilleros). Puntales, que en estos años había visto como poco a poco caían las molestas industrias que rodeaban al barrio, como una isla independiente dentro de la propia ciudad.

Ahora se han comenzado las obras de adaptación de varias de las naves de los antiguos Depósitos de Tabaco como centro sociocultural. Un proyecto de gran calado si se sabe gestionar de la forma adecuada. Y junto al mismo, la construcción de la Ciudad de la Justicia, que traerá al Cerro, a Puntales y a Loreto la posibilidad de nuevos negocios relacionados con el funcionamiento de ambos complejos.

Y en toda esta transformación queda la construcción del nuevo Hospital Regional de Cádiz. Desde 2004 está listo un inmenso terreno que en estos años ha servido de aparcamiento, sede de espectáculos circenses y de alojamientos precarios para gente sin hogar.

Parece que, por fin, se ha dado el pistoletazo a esta operación. Con la misma se cerrará este triángulo formado por el Cerro, Loreto y Puntales. Con una imagen hoy inimaginable hace casi cincuenta años. Es cierto que quedan por resolver muchos problemas: desempleo, mejora de la formación, accesibilidad en determinadas viviendas, pero quienes hoy viven o pasan por estos barrios no serían capaces de imaginar como eran esas mismas calles y plazas en 1979.

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