El proyecto de un tranvía metropolitano que uniese Chiclana con Cádiz tras cruzar San Fernando, y desde la capital terminase en Jerez, se planteó como una operación de movilidad interurbana casi única en España.

Hasta ahora las conexiones entre capitales y pueblos cercanos se limitaban a determinadas zonas del país y siempre a través de las líneas del metropolitano. Aquí, sin embargo, se apuesta por el modelo del tranvía que hasta ahora se limitaba al casco urbano.

Esta circunstancia ha obligado a conveniar con Renfe el funcionamiento de este servicio, al utilizarse viario ferroviario y necesitar a maquinistas especializados para su correcto funcionamiento.

Una vez entre en funcionamiento la primera línea entre Chiclana y Cádiz, quedará por ejecutar la segunda, entre la capital y Jerez. Ni hay fecha, ni hay presupuesto y, por supuesto, ni hay dinero para esta fase, cuya ejecución dependerá del buen funcionamiento del servicio en el tramo que ahora va a ponerse en marcha.

La segunda línea obligó a la modificación del proyecto del puente de la Constitución, ampliando su tablero para permitir el paso del futuro tranvía metropolitano. En su momento se informó que esta modificación suponía un incremento del coste de la infraestructura de 30 millones de euros. Este viario extra no se utiliza aunque en su momento se anunció que se aprovecharía para el paso de los autobuses interurbanos.

Por si fuera poco, y pensando en esta hipotética línea, el Ayuntamiento de Cádiz proyecta el paso de este tranvía por la futura avenida de Astilleros, donde tendría su última parada. Y, también, prevé una ampliación del tranvía, ya en clave local, para hacerlo llegar a la zona de desarrollo de la ciudad que se plantea en la antigua terminal de contenedores del puerto. Aunque esa será una historia muy larga.