Cádiz

Un sueño de dos meses a bordo del Elcano

  • La doctora Ángeles Gil-Olarte ejercerá como cirujana a bordo del buque escuela gaditano como reservista voluntaria

Ángeles Gil-Olarte Márquez, en la zona de acceso del hospital Virgen Macarena de Sevilla, horas antes de entrar a formar parte de la tripulación del ‘Juan Sebastián de Elcano’.

Ángeles Gil-Olarte Márquez, en la zona de acceso del hospital Virgen Macarena de Sevilla, horas antes de entrar a formar parte de la tripulación del ‘Juan Sebastián de Elcano’.

A sus 44 años de edad, la vida le ha puesto a su alcance la posibilidad de hacer realidad dos de sus mayores sueños: entrar aunque sea de manera circunstancial y temporal en el Ejército y hacerlo con la Armada a bordo del buque escuela más gaditano:el Juan Sebastián de Elcano.

Ya intentó entrar en el Ejército de manera más profesional, pero finalizó su carrera de Medicina en Cádiz y no tardó en encontrar pronto trabajo como médico, lo que le hizo pasar página.

Pero algo en su interior le seguía latiendo y pidiéndole que no tirara la toalla y que no olvidara esa vocación. Y, al fin, después de años, a pesar de tener ya su trabajo, primero en Ciudad Real y ahora en Sevilla, se ha convertido en reservista voluntaria, que es una figura creada por el Ministerio de Defensa que permite a los civiles ejercer su profesión, durante un tiempo determinado, dentro del Ejército, en tierra, mar o aire.

Después de un período de formación teórica y de unas pruebas físicas, Ángeles Gil-Olarte Márquez optó esta vez por no desaprovechar la ocasión que le brindaba la vida después de pasar unos tiempos difíciles en los que la salud le hizo ver la vida de otra manera.

Hace unos meses le pusieron por delante la posibilidad de formar parte de la tripulación del Juan Sebastián de Elcano en su XCV crucero de instrucción que se iniciaba en Cádiz este sábado pasado.

Ángeles no se lo pensó y pronto se le vino a la mente la de veces que había subido a bordo del buque escuela, siendo niña, de la mano de su padre o bien de su abuelo, lo que la empujó de manera definitiva a subir la escalerilla del Elcano en un trayecto que, para ella, será de dos meses, uno de ellos sin pisar tierra.

El proyecto del Ministerio de Defensa ha dividido el crucero de instrucción en tres tramos, de manera que la gaditana permanecerá dos meses en el Elcano con una anestesista, también voluntaria reservista, y con una teniente enfermera, que es la que está destinada en el buque, además de un teniente médico que ejerce de médico generalista.

Ángeles dejó el viernes de ser civil para convertirse en militar, dejando de lado durante el tiempo que dure esta experiencia su bata de médico del hospital Virgen Macarena de Sevilla por el uniforme de oficial alférez.

Tiene claro que cuando pasen estos dos meses, desde Buenos Aires pondrán rumbo a Sevilla para seguir con sus funciones y tareas habituales dentro del área de Cirugía de Urgencias que viene desempeñando en el hospital sevillano.

“Desde que empecé Medicina, el Ejército me llamaba. Sentía esa llamada”, afirma Ángeles Gil-Olarte, que también ejerció hace unos meses como reservista voluntaria en una operación que se llamaba Hotel Embarque. En esa ocasión, podían llamarla desde cualquier barco de la Armada que necesitara a un cirujano a bordo, desde cualquier punto de la geografía española.

Este viernes pasado iniciaba una excedencia por comisión de servicios especiales que existe gracias a un acuerdo entre los distintos ministerios, de manera que deja de lado el sistema sanitario andaluz para pasar a depender directamente del Ministerio de Defensa.

“Entro sabiendo que somos un equipo sanitario y mi objetivo es ayudar en todo lo que pueda. Mi sueño era poder vivir esta vinculación con la Armada”.

Su abuelo militó en el Ejército de Tierra, por lo que su vinculación con el mar le viene con el DNI por su condición de gaditana.

Este jueves afirmaba sentir más que miedo, “mucho respeto a lo que es vivir estos dos meses en un ambiente que no es normalmente el tuyo. Ellos son militares y yo sólo entraré en el Elcano con la intención de ayudar y poner mi granito de arena para que este crucero de instrucción transcurra lo mejor posible”.Y no quería embarcar sin agradecer a su familia el apoyo que siempre le ha mostrado, así como a la Fundación Cádiz Elcano y “cómo no, a mis compañeros del Virgen Macarena que serán los que aguanten mi ausencia”.

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