Cádiz

154 sonrisas en 275 metros

  • Ahorro de dinero y comodidad, razones suficientes para salir de Cádiz

"Se lo tenía prometido. Le dije a mi mujer que hasta que los barcos no salieran desde Cádiz, no nos íbamos de crucero. Ya no tengo excusa y aquí estoy". Carlos Spínola blandía junto a su mujer, Mercedes Amilibia, y a sus amigos José Luis y María José, una sonrisa de oreja a oreja. Salían por primera vez de crucero y, además, lo hacían desde Cádiz, para mayor orgullo. "Me negaba a tener que viajar hasta Valencia o Barcelona", comentaba Carlos.

Pero no eran los únicos que celebraban ayer la idea de Iberocruceros de pensar en Cádiz como puerto de salida para, al menos, uno de sus barcos. Desde la localidad sevillana de El Coronil llegaban Juan Díaz, Andrés García y Antonia Guijarro, que, con sus respectivas parejas, fueron los primeros turistas que primero estrenaron los mostradores ubicados sobre los 275 metros de esta nueva terminal de pasajeros.

Para Miguel y Trinidad no era éste el primer crucero de sus vidas. Ya viajaron en un Pullmantur pero saliendo desde Barcelona, hasta donde llegaron a bordo del "tren cama". 46 años y abuela por tercera vez, Trinidad tenía ya planeadas varias celebraciones a bordo de un viaje cuyo plan pasaba por convertirlo en todo un viaje de novios, el mismo que no pudieron tener en su momento por su pronta boda a los 16 años de edad. Y para más inri, "mañana es mi cumpleaños", comenta Trinidad, que ya tenía planeada una celebración al más puro estilo de la serie legendaria de Vacaciones en el Mar. "Es una auténtica comodidad", comentaba Miguel, que confesó haberse levantado a las siete de la mañana y que, antes de irse para el muelle, hasta le había dado tiempo a su mujer de hacer un desayuno familiar. Este matrimonio dijo haber pagado 1.650 euros por un todo incluido, "hasta la bebida".

Nadie se quejaba de nada. Era momento de hacer planes. A Miguel Ángel e Inma les quedaba escasos metros para llegar hasta la escalerilla de acceso al Grand Voyager pero su paciencia les permitió pararse unos instantes con este periódico. Ellos sí iban realmente de viaje de novios. Miguel Ángel e Inma se casaron el sábado pasado en Marchena (Sevilla) y de sus bocas salían sólo parabienes. "La ruta nos pareció idónea porque no conocíamos ninguna de las ciudades a las que llegaremos en los próximos días. Además, preferimos destinos nacionales porque con las cosas raras que pasan por ahí, más vale no aventurarse demasiado", comentó Miguel Ángel, ya con la mente puesta en la escalerilla del Grand Voyager.

"Yo, como mucho, he ido de crucero por los bloques y por La Caleta". No había mucho espacio para la seriedad y se reconocían como centro de muchas raciones de envidia sana. Manuel Hernández Conde viajaba con su mujer y con sus cuñadas y cuñados. Unos ya conocían lo que era un crucero, pero otros no sabían de sus efectos y bondades. "Esto de que salga desde Cádiz mismo es lo mejor de todo. Hay que decirle a Teófila que haga lo que tenga que hacer para que los barcos salgan de aquí". Para lo bueno y para lo malo, ahí está Teófila, que sorprendió que pasara por alto este evento portuario sin representación alguna en la salida del Grand Voyager. Pero el grupo de Manuel Hernández estaba también de acuerdo en que el estreno de Cádiz como puerto base se traduce en "ahorro y comodidad".

La edad media del crucerista suele superar los 50 años pero Cádiz rompe hasta con las medias porque edades variopintas traspasaban ayer las puertas giratorias de la terminal de pasajeros. Sin ir más lejos, dos jóvenes, Sonia y Antonio José, esperaban, con sonrisa y con paciencia, la cola previa antes del embarque. Sus dos peques les acompañaban. Viajaban con otros dos matrimonios, cada uno de ellos con un niño. "Es nuestro primer crucero y esperamos mucho de él", comentan.

Hoy, todos, habrán llegado a Vigo. Mañana será día de navegación, antes de conocer Funchal, Tenerife, Arrecife y Casablanca, última estancia antes del regreso y de un nuevo embarque que provocará la sonrisa de otros.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios