Ayer martes acabó el plazo de presentación de ofertas o solicitudes de participación en el concurso para la licitación de la gestión y explotación de la terminal de cruceristas del puerto de Cádiz así como la construcción de una nueva que habrá de ubicarse en el Muelle Ciudad.

Finalmente serán tres sociedades las que se disputan el negocio y el trabajo de conseguir que el turista que embarque o desembarque en Cádiz cuente con todas las comodidades posibles. Los tres aspirantes son Cruceros Málaga S.A., Lanber Shipping y Cadiz Cruise Terminal S.L.

Así, en apariencia, la única que puede sonar algo más familiar es la primera, Cruceros Málaga, por aquello de que es la empresa encargada de la gestión y explotación de varias de las terminal de pasajeros de cruceros del puerto de Málaga. Sin embargo, las otras dos, en su composición, cuenta con firmas muy familiares y de gran experiencia en el campo portuario.

Sin ir más lejos, en Lanber Shipping, Lanber es el resultado de la suma de Lantimar y Bergé o, lo que es casi lo mismo, Baleares Consignataria y Bergé. Igualmente, en Cadiz Cruise Terminal convergen las consignatarias Pérez y Cía. y Cadiship, así como el grupo Transcoma.

En cuanto a los plazos, fue el 28 de mayo la fecha en la que se publicó en el Boletín Oficial del Estado el anuncio del Ministerio de Fomento con la resolución de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz por la que se convocaba el concurso para la selección de la oferta para tramitar el expediente de concesión administrativa de la gestión y explotación de la terminal ya existente en el Muelle Alfonso XIII. A su vez, el concurso incluye la obligación de que la sociedad que gane tendrá que hacerse cargo de la construcción de una nueva terminal en el Muelle Ciudad.

Han sido un millón y medio de euros los invertidos por el puerto de Cádiz con la única finalidad de dotarse de una infraestructura de terminales que den un servicio adecuado a los miles de cruceristas que llegan a sus muelles.

La primera de las fases de la terminal de cruceros del Muelle Alfonso XIII se puso en funcionamiento hace tres años con el experimento de la naviera Iberocruceros que inició en Cádiz unos embarques con rutas por el Atlántico a bordo del Grand Voyager, hoy ya renombrado como Costa Voyager.

La nueva terminal cuenta con casi 1.300 metros cuadrados para servicios y poco más de cien para la instalación de la Policía Nacional. Esos 1.300 metros cuadrados contarán con una amplia zona de tránsito que se lleva casi la mitad de la superficie. En segundo lugar, 469 metros sólo para la zona de embarque. El resto hasta llegar a los 1.295,14 metros lo ocuparán una tienda, sobre todo de souvenirs, así como un bar-cafetería, un almacén cocina, un control de maletas, un centro de cacheo, aseos perfectamente adaptados para discapacitados y poco más de 28 metros cuadrados para las oficinas del concesionario.

La intención de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, presidida por José Luis Blanco, es poner en funcionamiento la terminal de cruceros en el mes de septiembre, de manera que todo los cruceristas que lleguen a la ciudad, ya sea en escala o como puerto base o base parcial, pasen a través de una terminal de cruceros, una medida que añade un plus de seguridad, un tema siempre bien visto por las navieras a la hora de confeccionar sus rutas e itinerarios.