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Cádiz

¿Hay sitio para viviendas en el polígono industrial de Cádiz?

  • La operación en Navalips reactiva de nuevo el debate sobre cómo revivir este suelo tras fracasar el antiguo plan de compatibilizar empresas con pisos

Propuesta de urbanización en Navalips.

Propuesta de urbanización en Navalips. / Z. F.

La operación impulsada por la Zona Franca y el Ministerio de Hacienda para construir más de 800 viviendas de renta libre y protegida en Navalips, además de una extensa zona verde, área comercial e, incluso, la posibilidad de un uso hotelero, ha revolucionado el mermado mercado inmobiliario de la ciudad.

Aunque es cierto que éste lleva ya un quinquenio al alza, fundamentalmente gracias a la iniciativa privada y el impulso en la última etapa de las promociones municipales, lo cierto es que el agotamiento de los terrenos con una superficie suficiente para permitir operaciones de cierto calado, hacían temer una crisis del sector a medio plazo.

El anuncio del proyecto en los antiguos terrenos de Navalips, en la puerta de entrada al polígono exterior de la Zona Franca, ha evidenciado que, escarbando, aún es factible encontrar suelo edificable en la ciudad. Pero, sobre todo, ha vuelto a poner en el debate la necesidad urgente de definir qué se puede, o se debe, hacer en el medio millón de metros cuadrados que ocupa el polígono exterior de la Zona Franca.

No es éste, en todo caso, un debate nuevo. Todo lo contrario, pues viene sobrevolando desde hace décadas cuando se habla del futuro de la ciudad, de su pérdida de población, de su falta de viviendas, y de su complicada apuesta industrial. En las últimas semanas, el propio Consorcio de la Zona Franca, apenas propietario del 8% de este suelo, ha activado este análisis junto al Ayuntamiento.

Ambas instituciones ya han ido trabajando de forma conjunta hace años para pintar qué hacer en un suelo muy degradado, desde la primera crisis del sector naval que era el que mantenía en pie a la mayor parte de las pequeñas industrias ubicadas en este suelo.

Lo que se incluye en el actual PGOU viene marcado de los acuerdos que en su día alcanzaron Teófila Martínez, como alcaldesa de Cádiz, y José de Mier, como delegado del Estado en el Consorcio. El plan abría por primera vez la posibilidad de ubicar en este polígono viviendas, junto a una industria blanca que, en su día, se calificó como “escaparate” de las grandes industrias que sí podrían instalarse en la Bahía.

Este proceso nunca salió adelante por las complicadas negociaciones con una parte de los propietarios de los terrenos y con la llegada de la crisis inmobiliaria.

Ahora, la Zona Franca quiere cerrar de una vez por todas el rediseño de este suelo. El proyecto de la Zona Base, en Ibérica Aga, es una apuesta por la economía verde y por los nuevos emprendedores, que se complementa con un equipamiento hotelero. Junto a ello, el plan inmobiliario de Navalips supone un giro de 180 grados en todo lo que hasta ahora se había planteado, que no ejecutado.

Hay que tener en cuenta que, en una ciudad ya casi sin suelo, se dispone de un terreno para su desarrollo industrial que se une a las antiguas, y también inmensas, dependencias de Altadis, en este caso en manos del Consorcio. Ninguna de oferta industrial para ocupar este suelo ha salido adelante en las últimas dos décadas, a pesar de los intentos de la Zona Franca, las ayudas públicas y la evidente necesidad de empleo en la ciudad.

Todo ello, con el inminente inicio de la campaña electoral de las municipales de mayo, sitúa en el debate el futuro del polígono exterior (manteniendo, sí ,el uso industrial en Altadis) y la posibilidad de transformar todo o parte del mismo (teniendo en cuenta que hay en pie pequeñas empresas con capacidad para seguir sus negocios) para uso residencial.

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