Los trabajos que Aguas de Cádiz ejecuta en la fuente de la Puerta de Tierra localizaron en la mañana de ayer los accesos a las bóvedas del siglo XVIII, que daban paso a los habitáculos existentes bajo el frente de la muralla. Toda la zona fue cubierta con tierra y escombros tras la urbanización de los glacis, iniciada en la década de los años 30 del pasado siglo.

Desde entonces, la imagen externa de estas históricas bóvedas, que llegaron a estar habitadas a principios del XX, ha estado oculta a la vista de los ciudadanos, pues estaban bajo tierra, bien protegidas. Al interior de las bóvedas sí se podía, y se puede, acceder a través de un estrecho pasaje desde interior del torreón.

En estas bóvedas se encuentra la vieja maquinaria de la fuente, con elementos que en algunos casos funcionan desde hace setenta años y que ahora se van a cambiar por equipos más modernos (y de menor consumo), a la vez que se van a limpiar y mantener como vestigio histórico.

Lo descubierto ayer, con un claro componente histórico y cultural, nos permite ver la fachada lateral de las bóvedas y el hueco donde se encontraba la puerta, que ahora se va a utilizar para sacar el viejo material y meter la nueva maquinaria.

Protegido por la tierra que se utilizó en buena parte para el relleno del frente de la muralla, cuya línea de suelo estaba muy por debajo de la actual, es claramente visible la pared blanca similar a la que se guardan en fotografías de la primera década del siglo XX. Y también visibles los sillares, muy potentes, para soportar el tránsito a la ciudad (pues por la puerta accedía todo el tráfico rodado de carromatos y tranvías), cubiertos por la característica tierra roja.

Abierto este paso se va a habilitar un acceso a las bóvedas y a las nuevas instalaciones de la fuente evitando por ello el paso por el torreón, se está instalando ya un marco de hormigón que protegerá también esta cara de las bóvedas, que por lógica deberían de aparecer por el otro extremo lateral de la fuente.

Todo ello se recuperará en su momento si logra sacar adelante un proyecto ya elaborado por Aguas de Cádiz, para poner en uso estos restos históricos.

El plan de la empresa municipal es habilitar un acceso mediante una escalera de madera que se ubicaría a pie de la muralla y que al bajar permitiría ver el lienzo de ésta ya hasta su pie original. Desde ahí se conectaría con todo el lateral de las bóvedas, pudiendo observarle los viejos muros y sus puertas.

Para todo esto hay que dar dos pasos.

Uno es contar con la financiación para ejecutar las excavaciones y habilitar la zona. El coste podría estar por encima de los 100.000 euros, por lo que el Ayuntamiento necesitaría buscar este dinero. Hace poco se anunció un fuerte remanente presupuestario además de los ingresos extras por la venta del hotel en el Estadio Nuevo Mirandilla, por lo que a priori éste no debería de ser un problema si hay un verdadero interés por recuperar el patrimonio urbano.

Otro paso será contar con el visto bueno de la Consejería de Cultura. Desde que se iniciaron las obras en una zona con tanto valor histórico, Aguas de Cádiz, que ya cuenta con la presencia de un arqueólogo, ha ido comunicando a la delegación provincial el plan de trabajo y su desarrollo, y según fuentes de Aguas de Cádiz ya se ha mostrado muy interesada por este descubrimiento.

Ahora queda por ver si este interés se traduce en la colaboración de la Junta por sacar adelante y no ocurre con el importante descubrimiento de restos de una cada medieval cerca de la Catedral, que fueron ocultadas bajo tierra.

Un equipamiento de gran calado cultural y turístico que debería de completar el cambio de imagen de la zona una vez esté lista la renovada fuente, con más chorros y multitud de juegos de colores.