El inicio de la desescalada

El comercio y el coronavirus: El pulmón de Cádiz necesita oxígeno

Un comercio bien preparado para atender a sus clientes en la desescalada

Un comercio bien preparado para atender a sus clientes en la desescalada / Lourdes de Vicente

El comercio abrió las puertas, lo que lo hicieron que no han sido todos, con cierto temor. No sabían cómo iba a responder un ciudadano que salía a la calle tras dos meses de confinamiento, muchos afectados por la nueva crisis económica provocada por la pandemia y, también, con otros muchos descubriendo la venta por internet de cualquier producto, desde cualquier parte del mundo.

"La verdad es que la respuesta que han tenido no se lo esperaban muchos comerciantes. El lunes fue un día positivo, con buenas sensaciones. Incluso algunos locales se estrenaron con ventas", destaca Beatriz Gandullo, gerente de la Asociación de Cádiz Centro Comercial, que cuenta con 170 socios en el sector del comercio a los que se les unen 175 de detallistas del mercado de abastos. De todos ellos se calcula que el 90% han abierto sus puertas.

En Puerta Tierra también han sido muchos los locales que han reanudado su labor. Muchos de ellos, tanto en extramuros como en Cádiz interior, destacan la importancia de que la hostelería esté también funcionando pues supone para ellos un foco de atracción. "Esta semana ya había locales con gente desayunando y eso es una buena noticia para el comercio", evidencia Beatriz Gandullo. Lo cierto es que la meteorología también ha marcado mucho la semana, ya que la inestabilidad ha dejado a muchos posibles usuarios en casa.

En todo caso, el oxígeno extra que le está llegando al sector del comercio sigue siendo escaso, tras estos dos meses de auténtico descalabro económico.

No hay que olvidar que el comercio es, junto a la hostelería, el sector de la economía gaditana más importante, tras la decadencia de la industria, y que su estrecha conexión con el turismo, también congelado con la pandemia, lo sitúa como esencial para la reactivación de la ciudad. Eso si, no hay un dato oficial que aporte el número de empleos que se manejan en este sector en la ciudad ni cuantos se han visto afectado por esta crisis, tanto por los Erte como incluso con el despido de la plantilla ante la falta de negocio.

Junto a ello queda por ver cuántas empresarios van a optar por cerrar sus locales, al no poder afrontar los costes de tantas semanas sin negocio alguno. Según los datos aportados por esta asociación, la principal de la ciudad, hasta ahora son tres, uno de ellos dedicado a la hostelería, pero habrá que esperar un tiempo para ver cómo evolucionan las compras en estas semanas y constatar si hay más cierres.

El sector coincide con el Ayuntamiento en la necesidad de promover que los gaditanos compren en Cádiz. A la vez desde la asociación se van a promover nuevos mecanismos de venta, para facilitar las compras a los clientes y competir de esta forma con las grandes superficie y la venta online.

Así se pretende utilizar los mensajes de whatsapp para realizar pedidos, si en las tiendas hay colas o hay temor por salir a la calle, e incluso las videoconferencias, "para que se pueda ver desde casa el producto que se está buscando". En esta línea se ha a reactivar y potenciar el servicio a domicilio, que se puso en marcha una semanas antes del estado de alerta.

La asociación asume que las grandes campañas promocionales en las calles comerciales serán inviables pero sí plantea otras alternativas: actuaciones de artistas locales, conciertos de pequeño formato, mejorar la estática de las calles...

Todo esto ocurre a la vez que en plena calle Columela, la milla de oro del sector, se anuncia la inminente salida de Zara, que ocupa todo un inmueble de la vía. Más allá de intereses estratégicos de la empresa gallega y de Bahía Sur, necesitado de un impulso tras la marcha de El Corte Inglés, desde el colectivo empresarial gaditano se constata que "el centro comercial abierto de Cádiz está considerado como el mejor y el más potente de la provincia", por lo que se tiene claro que una medida tan drástica como la adoptada por Inditex no tiene nada que ver con la rentabilidad de su tienda en la capital ni de la capacidad que tiene la ciudad de atraer al turismo y a nuevos clientes a sus comercios, lo que no implica que es un duro golpe porque "era uno de nuestros motores de atracción".

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