Los promotores privados actuarán en la Zona Franca de Cádiz para construir pisos si la administración sigue sin hacer nada
Inversores gaditanos dan un “tiempo prudencial” al Ayuntamiento para que acuerde con el Consorcio la urbanización del polígono exterior
“Es el granero para nuevas viviendas de Cádiz”
El Ayuntamiento quiere viviendas, comercios e industrias limpias en el suelo del polígono exterior

Mientras que las administraciones públicas y los inversores privados en Cádiz se aclaran sobre el futuro de los grandes solares que aún quedan por urbanizar en Puerta Tierra, y cuántas viviendas se pueden construir en ellos (Tolosa Latour, chalé de San Luis y Casitas Bajas), queda por definir qué se quiere hacer en el polígono exterior de la Zona Franca. Si es que se quiere hacer algo.
En decadencia desde la crisis del sector naval en los años 70 del pasado siglo, este inmenso espacio de cerca de medio millón de metros cuadrados (enorme para las claves espaciales de Cádiz), no acaba de integrarse en la trama urbana y ser parte, así, de su desarrollo.
Todos los planes que se han aprobado en las últimas tres décadas para su reforma integral han fracasado o, simplemente, no se han puesto nunca en marcha.
Solo en el último quinquenio, la apuesta de la Zona Franca por la economía azul ha permitido levantar la primera fase de la denominada Zona Base Incubazul, que se irá ampliando en los próximos meses, como gran referente de la economía azul. Y junto a ella, una futura residencia para estudiantes universitarios y el primer hotel en este entorno.
También se ha planteado, en este caso de la mano de la iniciativa privada, la construcción de un área comercial y de ocio, ocupando el suelo del antiguo Híper Cádiz y espacios vecinos.
El trío de planes se completa con la construcción de más de 800 viviendas, de renta pública y de protección oficial, en los terrenos de Navalips y en la manzana donde se ubicaba esta antigua empresa del sector naval.
Son operaciones urbanísticas cuyo desarrollo se están alargando durante demasiados años. Y más allá, nada más.
Todo ocupando una parte de estos terrenos, sobre cuya recuperación como suelo industrial a plena actividad no hay ninguna perspectiva favorable, tras los pasados fracasos en sus planes de desarrollo.
Un suelo sin uso industrial
Así, teniendo en cuenta que aún queda suelo vacante en los antiguos suelos de Altadis y que queda por expandir el suelo industrial en Lógica (la antigua Aletas) y el polígono del Trocadero, este polígono exterior a la Zona Franca se vislumbra como el gran espacio para construir viviendas en la capital. Y si es necesario, compatibilizarla con industrial limpias, como Incubazul.
El gobierno municipal de Bruno García está por esta labor, pero para su impulso necesita ir de la mano con el Consorcio de la Zona Franca.
Los últimos conflictos respecto al Hospital Regional no ayudan a un acuerdo entre las dos partes; ni que el Consorcio siga apostando por su uso industrial. Hoy, el Ayuntamiento prefiere ir paso a paso y solventar de una vez por todas la cuestión del complejo médico. Después, dicen, ya se sentarán con la Zona Franca para ver cómo se reordena el polígono exterior.
Sin embargo, los promotores inmobiliarios gaditanos consideran que esta última cuestión también es prioritaria para la ciudad.
Por una parte, se menciona la falta de suelo para construir los pisos, públicos y privados, que se demandan en la ciudad; por otro, se busca suelo a precio más asequible que permita reducir el precio de venta al público. Y, también, se es consciente de la lentitud de las administraciones a la hora de culminar el desarrollo de un plan de este calado, poniendo como ejemplo el proceso de años en el que está inmerso Navalips.
De esta forma, ya hay promotores que están dispuestos a sentarse ellos con los propietarios de las naves y suelos del polígono exterior (que en su mayoría está en manos de privados) y cerrar acuerdos con ellos para después plantear al Ayuntamiento la construcción de nuevas viviendas.
En este sentido se manifiesta uno de los promotores inmobiliarios más activos de Cádiz, Gumersindo Fernández, aunque también es una opinión que defienden otros inversores tanto gaditanos como de otras provincias, interesados por construir en la capital. “El polígono exterior de la Zona Franca es el granero de la vivienda en Cádiz”, afirma con rotundidad Fernández.
“Ahora es el Ayuntamiento el que quiere liderar este plan, pero si todo se retrasa, desde la iniciativa privada estamos dispuestos a intentar activar esta transformación, que es muy importante para la vivienda en Cádiz”, indica a este diario el arquitecto.
Aunque no hay una cifra del déficit habitacional en la ciudad, el número de viviendas que hoy se demandan bien se pueden acercar a las 8.000 casas.
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