Teófila martínez. alcaldesa de cádiz

"No me gusta hacer planes. Me operé para poder llevar zapatos y sigo usando botas"

  • “Es un honor que me pidan repetir de candidata, me siento fuerte y con ganas de seguir peleando”

Tiempo de balances de este año, que en Cádiz ha sido bien distinto a 2012. El despacho de la alcaldesa, sin embargo, es el mismo: muchos papeles en las mesas y un ritmo frenético. En este repaso a 2013, Teófila Martínez habla de asuntos incómodos y aborda el futuro inmediato con cerca de 20 años en el cargo.

-¿Cómo definiría el año que acaba?

-2013 ha sido por muchas razones un año complejo para Cádiz. Difícil, al igual que en otras ciudades de Andalucía y España por la crisis económica. Pero, al mismo tiempo, esperanzador.

-¿Esperanzador?

-Sí. Porque en Cádiz veníamos aguantando la crisis por todo lo que estábamos haciendo de cara al Bicentenario y 2012, que para otras ciudades fue un año muy duro, para nosotros, que habíamos hecho como las hormiguitas, que habíamos ahorrado y planificado con tiempo, fue un año en el que se puso a prueba la fortaleza de la ciudad. En 2013, después de casi cinco años de crisis económica, lo que más nos ha costado ha sido vencer esa sensación de que podía ser para algunos más fácil tirar la toalla que seguir peleando por superar las situaciones complicadas. Este año hemos tratado desde el equipo de gobierno dejar a un lado la parte negativa para conseguir ejecutar tanto programas sociales como de inversión o culturales y que la iniciativa privada y los ciudadanos se sintiesen estimulados a la hora de hacer un quinto y un sexto esfuerzo por mantenerse en posición de poder llegar vivos desde un punto de vista económico y social a la recuperación de nuestra economía.

-Pero la parte negativa está ahí.

-Nuestro principal objetivo en 2013 ha sido no dejar a ninguna familia de Cádiz que lo está pasando mal sin ninguna protección social que otras administraciones no le han dado ni le van a dar. Por eso hemos aumentado los recursos económicos y humanos para dar servicios a esas familias, quitándolos de otras partidas y al mismo tiempo ajustándonos al plan de ajuste al que nos obligan las leyes aprobadas por las Cortes a propuesta del Gobierno para cumplir con las exigencias de la Unión Europea. Eso nos ha requerido mucho esfuerzo y trabajo y no dar nada por perdido. Pero al final lo hemos conseguido. Hemos superado esa prueba difícil que era pasar el 2013 generando oportunidades para que en 2014, cuando todo parece indicar que va a haber una recuperación económica a nivel europeo y nivel de España, nos coja bien posicionados, con el ánimo fuerte, inversiones hechas, el mantenimiento de puestos de trabajo públicos...

-¿Sin recortes?

-Aquí no ha habido una merma de puestos de trabajo ni en la Administración local ni en las empresas públicas locales ni en las que dan servicios a través de concesiones al Ayuntamiento de Cádiz. Y eso hay que valorarlo porque otras ciudades han tenido que recurrir a EREs, a despidos, ajustar sus plantillas... como en la Junta de Andalucía con los programas sociales. Nosotros eso no lo hemos tenido que hacer dado el esfuerzo y al comprensión de todos los trabajadores, de los funcionarios. Estoy muy esperanzada de que lo que hemos sufrido y trabajado estos últimos años no va a ser en vano. También hay que tener en cuenta que mientras la provincia tiene un 41% de paro, la ciudad de Cádiz tiene un 30%. Por tanto, por algo será.

-Tampoco es una buena cifra un 30% de paro, no es para consolarse.

-No es una buena cifra, de acuerdo, pero depende de con qué se compare uno. Si se compara con el 41% de la provincia, no estamos tan mal. Si nos comparamos con otras ciudades no andaluzas, por supuesto, sino del Norte de España, con un paro del 20%, evidentemente pues estamos peor. Depende con quién nos comparemos, naturalmente. Pero el esfuerzo que hemos hecho se ha notado. Lo fácil hubiera sido que, como hay una crisis económica y todo el mundo va mal, para qué vamos a nadar contracorriente.

-Insisto. Que crezca el paro no es una buena noticia.

-Perdóneme, pero creo que si hay una crisis económica en España en la que el principal problema es el crecimiento del paro y aquí crece menos que en otros sitios, por lo menos no es una mala noticia. No es una buena noticia, pero tampoco una mala. Siempre que hay una persona parada, hay una mala noticia. Pero si me dan a escoger tener el 30% de paro o el 40%, escojo el 30%. El paro no es una cifra, son personas que no pueden mantener a sus familias, que tienen que cerrar sus tiendas, sus pequeñas industrias, su peluquería, su bar, su restaurante. No nos engañemos: en la economía de nuestra provincia y de nuestra ciudad, el 80% de los puestos de trabajo lo crean las pequeñas y medianas empresas. Es bueno tener las que crean doscientos puestos o mil, porque generan transferencias de conocimiento y tecnología, puestos de trabajo indirectos... Pero la economía española se sostiene con un porcentaje elevadísimo de pequeñas empresas y de autónomos y eso es mucho más importante. ¿Qué le ha pasado a Detroit cuando le han fallado las grandes industrias del automóvil de Estados Unidos? Que es un erial porque todo dependía de esas grandes industrias y no había pequeñas y medianas. Igual que la agricultura y la ganadería, que ahí están manteniendo una parte importante de la economía de nuestro país. Todo ayuda.

-En 2013 se ha vivido en Cádiz una crispación social mayor de lo habitual, con protestas ciudadanas en la calle, en los plenos del Ayuntamiento, con manifestaciones casi a diario y a veces con cierta radicalidad. ¿Le preocupa que ese malestar vaya a más?

-Creo que cuando una situación económica en Europa, España, Andalucía y la provincia es la que es y el paro es el que es, se entiende que haya quejas en calle, evidentemente. Y hay que entenderlo y escucharlo. Muchas de esas quejas o de esas protestas tienen su origen en asuntos de carácter nacional, no local. Lo que pasa es que las ciudades son lugares de convivencia y es lógico que esas protestas se den en ellas, sean para temas de ámbito nacional, internacional o local. Entiendo que haya protestas siempre que se hagan de acuerdo con la norma, para eso tenemos una ley de huelga y manifestación aprobada en las Cortes. Luego hay una parte que son personas que participan en esas protestas por ideología o por compromiso sindical o de otro tipo que tienen su derecho pero es menos entendible.

-¿Qué le parece la nueva Ley de Seguridad del Gobierno? ¿Cree que hace falta?

-Creo que toda ley tiene que basarse en el respeto de los derechos de los demás. Las leyes deben ajustarse en cada época a las circunstancias que se están dando y la responsabilidad del Gobierno y del poder legislativo es acertar en cada momento para que se adapten y sirvan para garantizar el equilibrio, la igualdad, la seguridad, la equidad y el respeto a los demás. Uno se puede manifestar pero es innecesario vulnerar los derechos de los demás. Porque si no, la convivencia sería muy difícil. Yo recuerdo cuando la famosa patada en la puerta del gobierno de Felipe González y del señor Corcuera y fui una de las que se manifestó porque no estaba de acuerdo con esa facilidad para que entraran en las casas de cualquier español. Yo protesté pero fue un Gobierno que decidió poner en marcha esa norma. No vi a ningún socialista protestar.

-¿Y qué le parece la nueva Ley de Sostenibilidad y Racionalización de las Administraciones Locales? ¿Son los alcaldes los principales afectados? Incluso desde su partido ha tenido críticas esa nueva ley.

-Este Gobierno ha hecho algo que ninguno hizo en 35 años de democracia: poner pie en pared y reformar la ley para que los ayuntamientos formen parte del equilibrio del Estado español. La Administración local no había cambiado nada desde hace 34 años. Entre los funcionarios y los políticos hemos hecho de los ayuntamientos la administración que mejores servicios públicos y de más calidad da y que han servido para que la sociedad española se modernice hasta límites insospechados. Y lo hemos hecho administrando sólo el 13% de los recursos del Estado. Mientras, el Estado ha dado competencias exclusivas a las comunidades autónomas y les ha transferido los recursos económicos. Pero nadie quiere saber, porque es muy cómodo, de dónde vienen los recursos a un ayuntamiento para ayudar a las personas a las que desahucian, no queremos saber de dónde vienen los recursos para pagar la luz y el agua de quienes no pueden pagarlos, de dónde salen los recursos de un ayuntamiento para mantener y limpiar los colegios, cuando las competencias exclusivas de todo eso las tienen las comunidades autónomas, las gobierne el PP o el PSOE o los nacionalistas, a las que se les mandan recursos desde el Estado. Pero lo cómodo es no querer saber. ¿Por qué no queremos saber? Lo cómodo es no querer saber de dónde viene el dinero. El dinero viene de los impuestos de todos los españoles. Y para poder ayudar a esas familias, los ayuntamientos tienen que tener recursos y por eso esa modificación de la ley es fundamental. ¿No querían las comunidades tener las competencias exclusivas en materia de política social? Pues para ustedes para siempre. Pero luego que no quieran que los ayuntamientos les financien la atención a domicilio, el alquiler de la vivienda o la ayuda al pago de la luz y el agua. IU y PSOE a bombo y platillo venden ahora esas ayudas cuando los ayuntamientos lo venimos haciendo desde hace años. No queremos saber. La sociedad española no quiere saber la verdad.

-¿Cree que le ha hecho daño que se la relacionase con los papeles de Bárcenas?

-Me lo hizo desde el principio. El daño ya me lo han hecho. Son cosas contra las que no se puede luchar. A mí personalmente me lo han hecho. Sé que habrá personas que no se lo habrán creído, espero que sean muchas, pero a mí, como persona, me han hecho mucho daño. Una cosa es lo que piensen los demás y otra lo que yo siento.

-¿Y el hecho de que por primera vez esté imputado un destacado concejal de su gobierno, como es Ignacio Romaní?

-Estoy segura de que no tiene sentido esa imputación, respetando por supuesto las decisiones judiciales. El señor Romaní pertenece, repito, a un órgano colegiado al igual que otros concejales e incluso otros miembros de la Administración Pública y estoy segura de que con el tiempo se pondrán las cosas en su sitio y no tendrá mayor trascendencia.

-¿No cree que deba dimitir?

-No, por supuesto. No ha hecho nada malo como concejal y como miembro de un órgano colegiado ha hecho lo mismo que los demás. Lo mismo.

-Pero los partidos políticos, incluido el suyo, cuando hay un imputado en el partido de la oposición, piden siempre su dimisión.

-Bueno, es que... depende. Depende de muchas cosas y de por qué a uno le imputen. Mire usted, el señor Blanco, que fue ministro de Fomento, estuvo imputado y le desimputaron, ¿no?

-¿Y el caso Quality Food cómo lo ve?

-No, no... Como ese asunto está en los juzgados, no voy a opinar, no. Ya habrá tiempo. El PSOE de Cádiz lleva como diez años intentando ver un filón ahí y en todo ese tiempo hay algunos años en los que ha gobernado la Zona Franca ese partido.

-¿Cómo ve al principal partido de la oposición municipal en esta nueva etapa tras el cambio de sus dirigentes?

-No me preocupa. Tengo otras preocupaciones como alcaldesa y como militante del PP, derivadas de la situación de muchas familias gaditanas que lo están pasando muy mal. El tiempo importante no lo pierdo en esas cuestiones. Lo que quiero es seguir haciendo las cosas bien, dejándome la piel en un trabajo muy duro y tengo que dedicar a ello todas mis fuerzas. No estoy pendiente de lo que hacen los demás.

-¿Han cambiado las relaciones con la Junta de Andalucía con la llegada de Susana Díaz?

-De palabra, puede que con algunos miembros del gobierno de la Junta en Cádiz... pero aún estamos un poco lejos, hay muchos asuntos pendientes.

-¿Se refiere a casos como la plaza de Sevilla, el Olivillo, Puerto América, a Ciudad de la Justicia, Tiempo Libre...?

-No, eso no está pendiente de un acuerdo con la Junta. La Junta sabe que nosotros, como en otras ocasiones, hemos atendido sus solicitudes sobre sus espacios en la ciudad y las hemos incluido en el Plan General. El problema es que la Junta, para hacer todas esas cosas, incluido el Hospital, necesita recursos y eso no depende de un acuerdo con este ayuntamiento. Sí que me gustaría llegar a un acuerdo en materia de vivienda en Matadero y el triángulo de Puntales. La sociedad saldría ganando.

-Hablando de Matadero, ¿puede explicar qué ha pasado en el área de Servicios Sociales desde la dimisión de la coordinadora de programas?

-No le puedo explicar nada porque para mí es inexplicable. Porque después de años de ir aumentando los servicios sociales y los recursos para desarrollar esos servicios que no hay en otros ayuntamientos, y de años de una confianza máxima en lo que se estaba haciendo, y después de aumentar el número de funcionarios, no sé lo que ha podido pasar. Para mí no tiene explicación. Tenemos que seguir trabajando por proteger a los más desfavorecidos, respetando desde luego las opiniones y derechos de cada cual como funcionarios públicos y seguir para adelante, porque la gente no puede esperar. Por exceso de confianza del equipo de gobierno, ha podido haber un malentendido sobre lo que es un equipo que a nivel municipal en todas las áreas tiene que estar formado por técnicos y por políticos. Los técnicos nunca deben hacer política y los políticos nunca debemos querer hacer el trabajo de los técnicos. Nos presentamos a unas elecciones para atender a la gente y lo que no tiene sentido es que la alcaldesa o la concejal de Bienestar Social no pueda recibir a la gente que pide hablar con ella porque tiene un problema.

-Usted va a repetir como candidata a la alcaldía. A partir de ahí, ¿qué?¿Sería la última vez?

-Uf, a partir de ahí... Bueno, vamos a ver. Ya saben ustedes que a mí no me gusta hacer planes de futuro. Si mi partido me pide que vuelva a ser candidata y si me encuentro fuerte, como estoy ahora, y con ganas de seguir peleando, para mí será un honor y una nueva oportunidad de hacer cosas por Cádiz. A partir de ahí, pues, mire usted, no lo sé. Porque me puede caer un ladrillo en la cabeza, me puedo romper una pierna, me puede entrar una enfermedad como a cualquiera... Ya lo saben ustedes: no me gusta hacer planes ni en lo político ni en lo personal, ni en la salud, ni en nada. No me gusta hacer planes. Yo trabajo todos los días para estar cuidando a mis amigos, a mi familia, haciendo mi labor política, para estar en la mejor de las posiciones para aprovechar cualquier oportunidad que para ser feliz se me presente. Y para eso hago todos los días lo que debo hacer al cien por cien.

-¿Sigue con la misma ilusión?

-Estoy con muchas ganas de trabajar, muy ilusionada. Cada vez que consigo algo que cuesta mucho como ahora en el caso de la financiación para construir las viviendas en el antiguo espacio de la Guardia Civil, para mí es un aliciente, me pone como una moto, como si me hubiesen puesto una inyección de adrenalina.

-O sea, que no es verdad aquello que se decía de que después del Bicentenario se iba.

-Es que la gente habla por mí. Creí que el Bicentenario era una oportunidad para la ciudad y para mí como alcaldesa para hacer algo por mi ciudad para que fuera de nuevo el punto de todas las miradas como la cuna de la libertad. Me produce cierto rubor que haya gente que piense por mí. Hago las cosas para sentirme bien, no por beneficio personal, como cuando el otro día una persona que no tiene empleo me dijo que ya tenía arreglado el problema de la casa. Eso para mí es más importante que cualquier otro logro con más respuesta mediática o reconocimiento público. Comprendo que esto es difícil de creer, pero siempre digo lo mismo: no hago planes. No me gusta, nunca me ha gustado porque si no te salen, te llenas de arrugas y se te pone cara de amargado. Hice planes para ponerme unos zapatos monísimos después de operarme de juanetes y sigo con las botas estas porque no me puedo poner otro zapato.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios