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Cádiz

La piedra angular de la protección ante un maremoto en Cádiz

  • El Plan Estatal presentado hace unos días en la capital gaditana por el ministro del Interior supone un documento base "sobre el que hay que seguir trabajando", según el coordinador de Protección Civil de Cádiz

Fernando Grande-Marlaska (izquierda) en la presentación del Plan Estatal hace unos días en Cádiz.

Fernando Grande-Marlaska (izquierda) en la presentación del Plan Estatal hace unos días en Cádiz.

El ministro del Interior, Fernando Grade–Marlaska, presentó hace unos días en Cádiz el Plan Estatal de Protección Civil Ante el Riesgo de Maremoto, un documento que constituye "la piedra angular sobre la que hay que seguir trabajando", según el coordinador de Protección Civil del Ayuntamiento de Cádiz, José Manuel Calvo.

Este plan aborda toda la costa de nuestro país y "refleja los índices potenciales de riesgo de maremoto, lo cual es muy importante", en palabras de José Manuel Calvo, quien resalta que "ahora sabemos por boca del ministro los puntos de mayor riesgo". Detalla que en el caso de Cádiz, "nuestro punto álgido está en el extremo suroeste de la falla suratlántica–norafricana".

El coordinador de Protección Civil de Cádiz aplaude que el riesgo de maremotos "haya pasado de ser un tema denostado y del que estaba casi prohibido hablar, a estar en el centro de la agenda de un ministro" y que por fin se le esté dedicando "la atención que necesita".

José Manuel Calvo afirma que "este Plan Nacional ha venido a marcar la vulnerabilidad de las costas españolas frente al riesgo de maremoto y a indicar cuál es el camino que tenemos que afrontar desde que llega al Centro Nacional de Protección Civil la información de que se ha producido un terremoto y si tiene consecuencias o no de maremoto, hasta la última actuación local". Y ese camino es "muy importante" porque "está lleno de variables", por lo que tiene que trabajarse de forma conjunta entre la Dirección General de Protección Civil del Ministerio del Interior y las comunidades autónomas afectadas, y estas con los ayuntamientos.

Señala que ahora queda por desarrollar "todos los sistemas de respuesta, de resiliencia, la formación de los responsables operativos e información que hay que dar a la ciudadanía". Y en cada zona costera, los sistemas de respuesta serán distintos, porque las causas de un maremoto son diferentes en cada lugar. Y es que, según explica Calvo, los maremotos pueden ser producidos por distintos efectos. El principal es un terremoto submarino por choque o fricción de capas tectónicas, pero también se puede producir por la caída de una ladera o por una erupción volcánica.

José Manuel Calvo indica que "las bases principales tienen que venir a significar un protocolo de cómo se va a emitir la señal de alarma, cómo se va a recibir y cómo se va a procesar esa información; y eso acabará en planes de actuación local, que consistirán en cómo poner a salvaguarda cada núcleo de población y que lo elabora Protección Civil de cada municipio". De hecho, Cádiz lleva un tiempo trabajando en su plan de emergencia ante un maremoto.

"Aquí se necesita recibir la alerta temprana, la confirmación del maremoto, y a partir de ahí, cada servicio local de Protección Civil dictar, en coordinación con todas las fuerzas actuantes, todos los procedimientos operativos", manifiesta Calvo.

Estos procedimientos operativos consisten, principalmente, en salvar la vida de la población, organizar todos los recursos posibles para atender localmente a la población afectada y estudiar la resiliencia (los factores de lucha contra la adversidad en los que se preparan las infraestructuras más esenciales para poder o bien contener el impacto o recuperarse en el mínimo tiempo posible).

Para salvar la vida de la población, es importante la formación de los responsables operativos y la información que tenga la población en general. "La gente tiene que saber que la única posibilidad de ponerse a salvo es la evacuación vertical, es decir, subir a pisos altos o irse a las zonas más altas sobre el nivel del mar de la ciudad, que son San Antonio, el Hotel Atlántico, la Alameda, Bahía Blanca, la zona de Santa María del Mar y la parte alta del barrio de Santa María", detalla Calvo, quien advierte que "el conocimiento de la población sobre la orografía concreta de su zona de residencia o convivencia salva vidas".

Respecto a la organización de los recursos para atender a la población, indica que, por ejemplo, "habría que establecer un protocolo por el que todos los vehículos de emergencias y de interés público se pondrían a salvaguarda" antes de que llegue la ola para que no queden inutilizados. "Es importante que los cuerpos de guardia de los distintos servicios que se dicten en el futuro plan tengan en mente que ante esta emergencia, su primera respuesta debe ser proteger los recursos que tiene a su cargo".

En este punto, llama la atención sobre el hecho de que los daños previsibles de un maremoto "son tan extensos y simultáneos que las administraciones públicas necesitarán transmitir aquel principio de que 'Protección Civil somos todos', porque numerosas viviendas que se encuentran en las plantas más bajas y en las zonas de cotas bajas sobre el nivel del mar quedarán inhabitables, por tanto, habrá que improvisar numerosos albergues y ello precisa de una ayuda importantísima de la ciudadanía para cubrir las necesidades básicas que esto origina". Así, argumenta que habría que establecer una "pirámide de respuesta" en la que los profesionales se dedicaran a los casos más graves o que requieren mayor especialización, quedando las tareas más básicas (que sería la mayoría) en manos de la solidaridad de la ciudadanía.

En cuanto a la resiliencia, Calvo asegura que "es un punto crítico". Afirma que en casos como el de un maremoto "se necesita una inversión económica para afrontar una situación que no es tangible, no sabemos cuándo se usarán los recursos ni si se usarán, pero hay que estar preparados". Por eso, es preciso que haya "mucha concienciación política y social, porque detrás de toda esta información hay una comunidad científica muy involucrada".

José Manuel Calvo recuerda que Cádiz lleva un tiempo trabajando en su plan de emergencia ante un maremoto. "A diferencia de otros planes, tenemos muy claro que hay respuestas que no se van a prestar a dudas, como es la evacuación vertical, entre otras. Por lo tanto, podemos empezar a trabajar en ellas, con independencia de que el plan específico no esté completamente elaborado". Por eso, se están realizando simulacros de evacuación en centros educativos de la ciudad, que serán extendidos al resto de la población, entre otras acciones.

El Plan de Cádiz, "una herramienta viva"

El concejal delegado de Coordinación y Personal, Seguridad Ciudadana y Protección Civil del Ayuntamiento de Cádiz, Demetrio Quirós, resalta que el plan municipal de emergencia ante el riesgo de maremoto en el que se está trabajando "es una herramienta viva, que está en continua evaluación". Pero para desarrollarlo, asegura que primero hay que tener claros los sistemas de alerta temprana para saber cuándo hay que activar los mecanismos de actuación para proteger a la población, y a día de hoy "no están claros".

De este modo, vuelve a criticar que la administración central no se dirigiera a Protección Civil de Cádiz ni a la Policía Local cuando se realizó el simulacro de maremoto en aguas de la Bahía el pasado mes de marzo y se hicieron pruebas de cómo establecer una cadena de avisos cuando se detecte una onda sísmica susceptible de producir un maremoto. Quirós lamenta que "no se contó con los sistemas municipales, y si los avisos no llegan a los que tienen que estar en primera línea de protección de la población, no son efectivos, porque los tiempos de respuesta son muy cortos".

Señala que en el caso de un maremoto, la primera intervención "es muy básica: lo primero que hay que hacer es subir a un lugar alto". Así, destacó la importancia de que "la población tenga conciencia de esta primera actuación y que sepa que debe subir, aunque sea a las plantas altas de su propio edificio". Pero insiste en que "para eso primero tenemos que tener entrenado el sistema de aviso", por lo que sostiene que el Ayuntamiento "tendría que estar incluido en el sistema de aviso temprano" y a partir de ahí, tener claras las vías de suministro en caso de que quede la población aislada y las vías de comunicación. "Cuando se tenga claro el sistema de alerta, se diseñará cómo trasladarlo a la población y que todos nos convirtamos en agentes transmisores de esa información".

En cualquier caso, asegura: "Nosotros seguimos trabajando en nuestro plan, y en que nuestros mecanismos estén al día y funcionen".

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