Lo que parecía imposible en Cádiz: se lía aún más el desarrollo del Plan Plaza de Sevilla
Diferencias entre el Ayuntamiento y Adif respecto a las obras del nuevo aparcamiento
Los trámites administrativos sigue afectando a la conclusión de este proyecto urbanístico
Cádiz tendrá un hotel de 5 estrellas la estación del tren
Uno de los proyectos urbanísticos de más relevancia en Cádiz: el Plan Plaza de Sevilla pasará a la historia de la ciudad como una de las operaciones que más años ha necesitado (y necesitará) para su desarrollo. Tanto que, tres décadas después de plantearse un proyecto primitivo en esta zona, aún no hay fecha para su conclusión. Más aún, está claro que se necesitarán varios años más para que se haga una realidad la reordenación de todo el espacio ferroviario, uno de los accesos al casco antiguo y la recuperación ciudadana de un tramo de la muralla.
Han sido tantas las dificultades que este Plan ha ido encontrándose a lo largo de estos años, que parecía imposible que su desarrollo pudiese liarse aún más. Pues ha sido posible. Y de nuevo por cuestiones administrativas que en este caso, según las fuentes consultadas, podrían haberse solventado con dos o tres llamadas entre las instituciones implicados.
Pero no. Mientras se espera el inicio de las obras del hotel sobre el vestíbulo ferroviario, la apertura de este mismo edificio; mientras que se aclara qué va a pasar con el mercado gastronómico; mientras que se espera el inicio de las obras de la nueva avenida de Astilleros y mientras que se confía en que algún día se ejecute el parque de la muralla, el parón que desde hace meses afecta a las obras del nuevo aparcamiento de la estación se une a todo este embrollo.
Adif puso en marcha en diciembre de 2022 las obras de construcción de un aparcamiento en superficie en el solar paralelo a la vieja terminal que da a la avenida de Astilleros, donde durante años se instalaba la carpa de Carnaval. El proyecto se complementaba con la apertura de una nueva vía entre la fachada principal de la estación de 1905 y la trasera del edificio de la Aduana. Y en tercer lugar, la urbanización de la doble vía de acceso hasta la puerta principal de la terminal ferroviaria, también con estacionamientos en sus laterales. En total se proyectaban 261 plazas de aparcamiento con una inversión global de unos 3 millones de euros.
A los pocos meses de iniciadas las obras en el estacionamiento en superficie (en plan inicial preveía uno bajo tierra que finalmente se descartó), estas se paralizaron ante la necesidad de realizar cambios en el proyecto, a fin de reforzar las estructuras previstas. En aquel momento, Adif, encargada de las obras, indicó que no afectaría a los costes y a la marcha de la operación.
Sin embargo, cuando técnicamente la empresa adjudicataria estaba ya en disposición de reanudar las obras, desde el Ayuntamiento se trasladó a Adif la necesidad de pedir una licencia de obras para poder completar la urbanización. Y ahí se vuelve a liar el Plan Plaza de Sevilla.
Como empresa pública que hace trabajos de mejora en suelo de su propiedad, Adif recordó que no tenía que pedir licencia. Aunque una parte de la administración local implicada en el desarrollo administrativo del Plan asumía esta norma, desde otros departamentos del Ayuntamiento se consideró que la licencia era obligatoria. Y sin ella, las obras no podrían reactivarse.
Lo que podía haberse solventado con una o dos llamadas telefónicas entre las instituciones implicadas a fin de aclarar estas diferencia, acabó con la negativa municipal a autorizar las obras sin la oportuna licencia y con la empresa pública de infraestructuras ferroviarias presentando un contencioso contra el Ayuntamiento.
Mientras, el inmenso solar sigue con las obras inacabadas y el acceso a la terminal sigue siendo un paso cada vez más precario.
La tramitación burocrática municipal también está retrasando otra operación en el Plan Plaza de Sevilla. En este caso, la puesta en uso del solar que pasó a manos del Ayuntamiento tras el cambio realizado en el convenio de 2008. Ya son más de dos años de trámites administrativos que impiden la venta de este terreno y, con el ingreso obtenido, financiar parte de las obras de la nueva avenida de Astilleros.
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