La okupación de la Casa de Cádiz en Barcelona

Un exponente de la cultura gaditana

  • La Casa de Cádiz en Barcelona nace en 1968 para acoger a los emigrantes gaditanos

  • José Luis Jiménez ‘Luiti’, uno de sus antiguos integrantes, lamenta su estado de abandono

La fachada de la Casa de Cádiz en Barcelona, situada en la calle Sardenya, en el distrito de L’Eixample.

La fachada de la Casa de Cádiz en Barcelona, situada en la calle Sardenya, en el distrito de L’Eixample. / D.C.

Los recuerdos permanecen a pesar de la distancia. La Casa de Cádiz en Barcelona nació en 1968 para intentar congregar a todos los gaditanos que emigraron a Cataluña en busca de la prosperidad económica que su tierra les negó. Esta entidad les permitía mantener sus raíces y hacerlas conocer a los catalanes. Tras una década de abandono del edificio –las últimas actividades conocidas de esta asociación datan de octubre de 2009 con la celebración de la festividad de la Virgen del Rosario–, su okupación es el triste símbolo del fin de una etapa.

Una de las personas más visibles de la actividad de esta entidad fue José Luis Jiménez Luiti, responsable de mantener presente el Carnaval gaditano al ponerse al frente de diversas agrupaciones. En una primera etapa, lo hizo con las comparsas ‘Los añorantes de su Cai’ (1971) y ‘Los peregrinos’ (1972). Posteriormente, transmitió esta herencia a las hijas de gaditanos en Barcelona con una serie de comparsas femeninas de infantiles y juveniles que participaron en el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas entre 1990 y 1996. Tras pasar parte de su vida vinculado a esta asociación, Luiti mira con tristeza lo que ha sucedido hasta que ha sido okupado este inmueble de la calle Sardenya, en el distrito de L’Eixample. “A mí no me ha cogido de sorpresa, ni mucho menos. Sabía que iba a pasar porque la Casa de Cádiz se veía muy abandonada. Me ha dolido mucho lo que ha pasado y lo que está pasando”, cuenta Luiti.

La historia de la Casa de Cádiz en Barcelona ha estado vinculada a los barrios de Sants, La Verneda y La Barceloneta antes de llegar a su última sede en el L’Eixample, de propiedad compartida entre el Ayuntamiento y una entidad bancaria. “Está en un sitio inmejorable. No sé cómo está esto abandonado. El local tiene una planta baja y una primera planta. Ahí se puede hacer un restaurante de bandera o una entidad bancaria de las grandes. El sueño mío era hacer una peña cadista, lo que pasa es que me ha cogido ya con una edad”, señala Luiti.

De la vida de la Casa de Cádiz en Barcelona, relata que “fue un centro cultural para promover aquí la cultura de Andalucía y, sobre todo, la de Cádiz”. Recuerda el auge que tuvo la asociación en los años 70 con Pablo Martínez, promotor de la entidad, como presidente. “Era un centro para los gaditanos, para vivir sus costumbres y para pasarlo bien entre todos”, rememora.

La entidad promovió agrupaciones carnavalescas y cuadros de baile

Luiti formó parte de la directiva de la Casa de Cádiz en Barcelona a principios de los años 90 como vocal de Cultura. En esa época impulsó las comparsas infantiles y juveniles que participaron en el Carnaval gaditano, primero en el Teatro Andalucía y posteriormente en el Gran Teatro Falla. Además, esta asociación también contaba con cuadros de baile entre sus actividades. Sin embargo, en 1992, Jiménez abandonó la entidad, pasando la comparsa a otro centro gaditano en Cataluña. “Se hicieron con la Casa unos señores que solamente la querían para sus juegos. Pasó de unas manos a otras y no había cultura ni cuadros representativos de Cádiz”, explica el gaditano.

Sobre la muerte de esta asociación, lo que ha motivado el abandono del inmueble, apunta que “han fallecido casi todos los que se quedaron en la entidad. La juventud no se ha amoldado a la forma de la Casa de Cádiz. No se hacía nada para ella y se perdió”.

Una de las penas de Luiti es el destino de los recuerdos que permanecían en este inmueble. Entre ellos, “el Antifaz de Oro que nos concedió en 1971 el alcalde Jerónimo Almagro por ser la primera comparsa de Barcelona”, en referencia a la actuación en Cádiz de ‘Los añorantes de su Cai’.

Asegura Jiménez que los okupantes le han informado que las insignias, las condecoraciones y los cuadros que aún permanecían en el inmueble los han entregado a una peña gaditana en Barcelona con permiso del Ayuntamiento de Cádiz. “A ver a dónde ha volado todo esto”, lamenta el gaditano.

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