Mireia Rusca, cirujana torácica del hospital Puerta del Mar: “Lo primordial es que estamos aquí por y para los pacientes”
La doctora catalana completa sus cinco años de residencia MIR en el hospital de Cádiz consiguiendo dos premios nacionales como la mejor en su especialidad
Premios nacionales para la primera MIR de cirugía torácica formada en el Puerta del Mar

Mireia Rusca Giménez nació en Barcelona. Aunque siempre le ha atraído el sur y su costa, jamás pensó que su carrera profesional se iba desarrollar en este sur del sur que es Cádiz. Estudió Medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona y desde tercero de carrera empezó a decantarse por la cirugía torácica como especialidad de futuro. Aprobado el MIR, apareció Cádiz, en el sur y con costa, como destino en el que desarrollar esta especialidad en un servicio relativamente nuevo, en el hospital Puerta del Mar. Una conversación telefónica con el jefe del servicio, Dionisio Espinosa, acabó por convencerla. Cinco años después, acabada la residencia, su trabajo ha destacado tanto que ha recibido dos premios como mejor residente de quinto año en su especialidad.
Pregunta.–¿Qué suponen los dos premios recibidos?
Respuesta.–Un gran orgullo por el reconocimiento del trabajo y, sobre todo, mucha motivación, Que se te reconozca te impulsa a seguir trabajando para mejorar a nivel profesional, personal, hospitalario, de cara a los pacientes... Los premios vienen bien y motivan un montón.
P.–En la nota del SAS que anunciaba los galardones se decía que usted agradecía el apoyo del equipo al que pertenece,
R.–Es muy importante porque yo no hubiera conseguido estas cosas sola, ni mucho menos. He tenido la suerte de llegar a un servicio cuyo jefe ya me expresó en nuestra primera conversación telefónica que tenía muchas ganas de formar a alguien, de que creciera el servicio, un servicio aún relativamente joven, de hace 10 o 12 años. Lo montó desde cero y ahora es de los más grandes a nivel de volumen quirúrgico de Andalucía. Y mi equipo siempre ha apostado por mí para todo, tanto para llevarme a congresos, a cursos... Yo he llegado donde he llegado porque he tenido un buen impulso. Además de que en la parte quirúrgica son muy buenos y he podido aprender mucho.
P.–¿Cómo se decanta por la cirugía torácica?
R.–Prácticamente desde tercero de carrera. Yo quería hacer una quirúrgica, y la torácica me llamó la atención. La viví en casa, porque a mi abuela la operaron de cáncer de pulmón en el hospital donde yo estudiaba, y justo coincidió cuando empecé con las clases de neumología, de cirugía torácica... Entonces, se juntó todo y me interesé por la especialidad.
P.–Una especialidad cuyo nombre, desde fuera, ya infunde respeto, impresiona... Debe ser compleja.
R.–Es muy compleja, sí; hombre, realmente todos los vasos y estructuras anatómicas con las que trabajamos salen directamente del corazón.
P.–¿Qué patologías son las que más intervienen?
R.–Sobre todo el cáncer de pulmón, el 90% de las intervenciones están relacionadas con el cáncer de pulmón. Y más en esta provincia, en la que la incidencia de cáncer de pulmón es brutal. Y al ser el único hospital de referencia de todo Cádiz y Ceuta, tenemos un volumen de pacientes muy, muy grande. Hacemos también patologías benignas de neumotórax, drenaje pleural, cirugías de pared plástica, pero casi todo, la mayoría, es oncológico.
P.–Entiendo que los resultados de estas intervenciones son satisfactorios.
R.–Claro, sí, sí, sí. Además, ahora también hay mucho avance en la parte de oncología de la adyuvancia, en el tratamiento complementario donde está habiendo muchos avances, igual que en la preparación del paciente antes de la operación, tema que es objeto de mi tesis.
P.–Imagino que no hay dos operaciones iguales, aunque todo esté protocolizado.
R.–Efectivamente, es así, pero cada paciente es un mundo. Es algo que, por ejemplo, hablo con los compañeros, también con los de cirugía general que abarcan muchas patologías y tratan con muchos órganos; nosotros, sobre todo, con los dos pulmones, pero es que cada anatomía es diferente y cada paciente es distinto, desde que el tumor esté pegado, la arteria por aquí o por allá, que el tumor esté más avanzado...
Para eso también ahora están en auge las planificaciones 3D, planificar la cirugía en modelos tridimensionales para saber bien dónde está y qué es lo que te vas a encontrar exactamente, incluso con más detalle que en un TAC. Todo esto contribuye a ir lo más preparado a la cirugía para evitar riesgos.

P.–¿Se utiliza el robot Da Vinci en estas operaciones? ¿Qué influencia tiene?
R.–Sí, y eso también ha sido una revolución. ¿Qué influencia? Hombre, pues te permite hacer las cirugías mucho más precisas en las incisiones, los cortes, porque disminuye el temblor. Hay más precisión. Tienes la movilidad de la mano humana, pero sin temblor; se tiene más visión tridimensional, más campo quirúrgico. Ofrece muchas ventajas y es el futuro de casi todas las cirugías.
P.–Usted compagina la parte clínica de su trabajo con la investigación, antes me ha hablado de su tesis.
R.–Ahora mismo es una tesis que está en los textos iniciales, porque es verdad que durante la residencia y con el volumen asistencial que tenemos aquí, cuesta compaginarlo todo. La tesis va sobre el protocolo de lo que es la cirugía torácica, cómo influyen las acciones de enfermería, anestesia, de cara a preparar al paciente lo mejor posible para la cirugía. También desde que el paciente ingresa. O sea, son toda una serie de ítems desde que se diagnostica la patología, se ve en consulta, se ingresa... Todo lo que ayuda a mejorar la futura cirugía y la recuperación posterior del paciente. Es un beneficio para el paciente; ya no solo de cara a la cirugía, sino a su calidad de vida. Si viene mejor preparado, le duele menos y se va antes a casa.
P.–¿Y algún mensaje a los jóvenes que ahora se inician en los estudios médicos?
R.–Lo primordial es que no pierdan la esencia de por qué estamos aquí: por los pacientes, por y para los pacientes. Es verdad que a veces cuesta, porque te encuentras con una pared y con, no sé cómo decirlo, pero como con un poco de menosprecio hacia lo que nos cuesta llegar aquí, con los seis años de carrera, los años de MIR, la residencia... Y vienen las horas de guardia. A veces, no se conoce toda la realidad, pero el objetivo final es el paciente.
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