Los límites de la Historia y de su memoria

Hace unos años, el gobierno de José María González retiró de la fachada del Centro Integral de la Mujer, en la plaza del Palillero, un busto dedicado a Mercedes Formica.

Esta afrenta a la Historia se justificaba por la militancia en la Falange, durante unos años, de esta abogada gaditana. Casi a la vez, en Madrid, el gobierno de Manuela Carmena, de la misma tendencia ideológica que el gobierno municipal gaditano de la época, rotulaba una calle en la capital con el nombre de Formica. Daba igual que fuese de la Falange, lo que pesó más fue el trabajo realizado por la gaditana en favor de los derechos de la mujer, y en especial por las mujeres casadas, en los años más duros de la dictadura franquista. Ni más ni menos que una crítica a una de las líneas de flotación del régimen del general Franco, y encima protagonizado por una mujer.

El desarrollo de la Ley de Memoria Democrática, en la que se basó esta actuación, ha tenido otros episodios producto de la ignorancia de nuestra historia más reciente.

En junio de 2021 se retiró de una finca de la calle Isabel la Católica una gran placa en la que se recordaba el nacimiento del escritor José María Pemán. La placa, de escueto contenido pues poco más que informaba de este nacimiento, fue realizada por Juan Luis Vasallo, considerado como uno de los más grandes escultores del siglo XX en España. Unos años antes, en diciembre de 2019 también se había eliminado de la vía pública otra placa ejecutada por Vasallo, en este caso recordando el nacimiento de José León de Carranza en su vivienda de la calle San Pedro. Ninguna referencia ideológica y visual en la misma. Simplemente relatar que allí nació el que sería alcalde de Cádiz durante 21 años.

Al gobierno de Kichi no le dio tiempo retirar el busto de José María Pemán que se encuentra en un rincón del parque Genovés, cerca del teatro que llevaba su nombre, que asemeja a una pequeña biblioteca.

Todos elementos físicos de nuestra historia, sin referencias ideológicas.