De la infravivienda a la falta de aseos y de balcones
Viviendas pequeñas y el coronavirus
Los servicios sanitarios alertan ante la falta de equipamientos básicos en muchas viviendas
Los servicios sanitarios temen una bomba que, de estallar, podría elevar las cifras de afectados por el coronavirus. Una preocupación que se centra especialmente en los barrios de nuestras ciudades donde hay un número de viviendas elevado sin los equipamientos más adecuados para pasar el mes de aislamiento impuesto por el estado de alarma, y habitadas muchas de ellas por personas mayores que necesitan de atención exterior, o por familias amplias para un espacio tan reducido.
En este sentido, se expone la situación de barrios como los de la Viña y el Mentidero en la capital, donde aún subsisten casos de infravivienda o de pisos mal equipados.
En este sentido se plantea desde el colectivo médico el problema del hacinamiento, en casos donde sólo se cuenta con uno o dos dormitorios y encima con alguno de los integrantes de la unidad familiar enfermo; o la existencia de cocinas diminutas o, peor aún, las casas donde sólo se cuenta con un cuarto de baño, especialmente cuando la higiene es en el caso de esta enfermedad aún más importante de cuidar.
Este hacinamiento, se advierte, es negativo para el estado de salud de los más pequeños, aunque los efectos más nocivos del viru se están concentrando sobre todo en los grupos de mayor edad.
Otro aspecto que se destaca desde los servicios médicos que trabajan en estos ámbitos urbanos son las condiciones medioambientales en estas viviendas, especialmente la ausencia de una ventilación adecuada.
Así, se mencionan los casos de los pisos interiores, que apenas dan a un patio, o aquellos pisos donde no se cuenta ni con un pequeño balcón que pueda utilizarse como desahogo ante un espacio interior reducido.
Cádiz capital es tanto en número como en porcentaje, la ciudad de la provincia con un parque de vivienda más antiguo. Hay que tener en cuenta que aproximadamente la mitad del parque de pisos que tiene han superado los 60 años de antigüedad.
En la provincia hay 13.405 viviendas que se construyeron antes del año 1900, a las que hay que sumar otras 5.934 construidas entre ese año y 1920 y que por lo tanto también han superado el siglo de existencia.
Casos puntuales en cuanto al reducido tamaño de viviendas habitadas por familias con al menos media docena de integrantes se siguen dando en el Cerro del Moro, en los extramuros de la capital. Allí, desde la asociación de vecinos se indica que todas estas familias, la gran mayoría por no decir todas, con escasos recursos, “están viviendo todo lo provocado por la pandemia y el estado de alarma con mucha resignación, sin que se hayan producido problemas de relaciones a pesar de estar encerrados en un espacio muy reducido”.
Los servicios médicos que atienden en los centros de salud a estas familias mencionan también que los limitados ingresos que tienen la gran mayoría, pues muchos viven de las ayudas sociales, les impiden realizar grandes compras y así acumular alimentos que les evite salir a la calle con asiduidad, reduciendo el riesgo de contagio de la enfermedad.
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