La imaginación y la diversión florecen en Valle de Cuentos

Érase una vez... Con esta fórmula introductoria del cuento podría arrancar esta historia, la de una joven ilusionada por cumplir un sueño que, tras mucho esfuerzo y contando siempre con la ayuda y el apoyo de su familia, ha logrado finalmente convertir en realidad.

La protagonista de este relato se llama Ana Collantes Valle y su sueño ya cumplido, Valle de Cuentos. Así ha 'bautizado' a su criatura, un parque de ocio infantil que abrió sus puertas el pasado mes de julio y que se ubica en la calle Santa María de la Cabeza, en un local emplazado en el número 10 de la vía.

El recinto parece salido de un cuento. Un barco pirata aguarda la llegada de tripulantes anclado en un mar de bolas azules. No muy lejos del navío se levanta un castillo de color rosa y que, con sus puertas abiertas de par en par, invita a entrar a princesitas y principitos. Y justo al lado: un escenario, el del Teatro Fabulous, donde la imaginación conjugada con disfraces y maquillaje convierten a niños en vaqueros y piratas y a niñas en hadas y princesas.

Pero Valle de Cuentos es mucho más que un espacio de ocio. Su propietaria explica que en su parque infantil se apuesta por la diversión de los pequeños combinada con talleres educativos, juegos, teatro, cuentacuentos, gymkhanas, fiestas temáticas, cumpleaños personalizados, campamentos urbanos e incluso yoga para pequeños. "Nuestro propósito es que los niños se diviertan aprendiendo y desarrollando ese gran tesoro que es la imaginación", expone Ana, que decidió embarcarse en esta aventura por dos razones: su pasión y afición por el teatro y su 'papel' de madre de tres hijos.

"Siempre he pensado en un sitio como éste para llevar a mis hijos", sonríe la ahora empresaria. Y este otro papel lo desarrolla gracias -como ella misma recalca- a su familia y, especialmente, a su socia, su madre, María Valle.

En el plazo de un mes, Valle de Cuentos ya suma 95 socios con edades comprendidas entre uno y nueve años. Y además de Ana y María, otras cuatro personas trabajan en este parque infantil, cuyo horario es de 9 a 14 y de 18 a 21 horas de lunes a viernes, y los sábados de 11 a 14 y de 18 a 21. No obstante, los menores inscritos en el campamento urbano pueden desayunar en el recinto a las 8:30 y abandonarlo a las 15:30 horas, justo después de almorzar.

Y los progenitores o tutores de los menores que lo deseen pueden quedarse en la cafetería del local mientras sus pequeños se divierten. No estarán juntos, pero los adultos podrán observar cómo se lo pasan los pequeños a través de un monitor que hay conectado a una cámara de vídeo.

Tras superar adversidades y contratiempos, Ana Collantes ha logrado cumplir su sueño. No obstante, ahora quiere pulirlo: "Aunque el negocio está funcionando bien -comparte-, estamos trabajando para que en invierno cuente con una programación infantil propia, algo parecido a lo que se está haciendo en la Central Lechera. Queremos que Valle de Cuentos se convierta los fines de semana en un punto de encuentro de familias que vengan a disfrutar de una oferta cultural. Teatro, danza, cuentacuentos... Muchas actuaciones las realizaríamos nosotros, pero también apostamos por que participen otros profesionales y artistas".

Todo es cuestión de proponérselo...