"He vuelto a nacer", dice la víctima del desprendimiento de otro techo en Cádiz
Toda la escayola del salón se desplomó pasada la medianoche de San Juan, un segundo después de que la inquilina se levantase para ir a la cocina
Desalojada una finca en la calle San Juan, en Cádiz, por desprendimiento del techo
San Juan y tan solo un segundo salvaron a Nuria N. R. y a sus dos hijos de que literalmente se les cayera el falso techo del salón de su casa encima. Un segundo, porque fue lo que tardó en desplomarse todo después de que Nuria se levantase del sofá para ir a la cocina. Y San Juan porque cuando la casa crujió se estaba celebrando en Cádiz la noche más larga del año y los dos jóvenes, de 24 y 28 años, estaban todavía en la calle. Ocurrió en una vivienda de la segunda planta de Paco Alba, 2, en el bario de La Viña.
Nuria hacía nada que había pintado toda la habitación y la noche anterior ya había detectado varias líneas muy pronunciadas en la escayola. Eran las 00:30 ya del lunes 24 de junio y hacía poco que había vuelto de trabajar en un establecimiento de hostelería. "Estaba sentada en el sofá, pero me levanté para ir a la cocina y de repente escuché ¡pa, pa, pa!, y vi como se caía todo el techo al suelo. Me salvé por poco, por un segundo, porque si me llega a caer encima me habría matado", cuenta Nuria a este periódico. "Yo he vuelto a nacer", dice aliviada. Su hijo volvió diez minutos más tarde, después de su madre le avisara, y su hija, media hora después.
Ella avisó a la Policía Local, que requirió la presencia de los Bomberos para valorar el alcance del desprendimiento. Tras la oportuna inspección, los miembros del consorcio observaron que las vigas portantes de madera tienen fisuras en su zona central y que también hay ladrillos sueltos.
"Me preguntaron si tenía algún sitio donde alojarme y les dije que no, que no tengo familia y que no tenía a donde irme. Y les propuse que me precintaran el salón, que podíamos vivir sin entrar en él porque la casa es grande", relata Nuria.
Como medida preventiva provisional, apuntalaron la zona central de las vigas dañadas, precintaron provisionalmente el salón y comunicaron a los habitantes de la vivienda la necesidad de poner en marcha las medidas correctoras pertinentes para asegurar la estructura y que no suponga ningún tipo de riesgo, informan desde el Consorcio de Bomberos de la Provincia de Cádiz. "Estuvieron apuntalando hasta cerca de las tres de la mañana", recuerda la vecina afectada.
En la intervención se emplearon dos vehículos: un autobomba urbana ligera (P-51) y otro del tipo D-51. Actuaron cinco bomberos.
Al día siguiente, se producía otro desprendimiento que obligó a desalojar toda una finca en la calle San Juan, 11. En este caso, los bomberos constataron la gravedad estructural de los daños y determinaron el desalojo completo de la finca, por seguridad. La estancia más afectada resultó ser el salón de una vivienda. Los bomberos apuntalaron las vigas centrales de la zona dañada y precintaron el espacio como medida preventiva provisional.
Posteriormente, los miembros del consorcio colaboraron con las familias afectadas para la recogida de sus casas de enseres y pertenencias de primera necesidad. Todos los habitantes de la finca han podido ser realojados en casas de familiares, "salvo una unidad de convivientes que es atendida por Servicios Sociales municipales", precisaron desde los Bomberos.
Al lugar acudieron también técnicos municipales de urbanismo y responsables técnicos de la propiedad.
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