Estrellas en la Navidad: Una década regalando la esencia de las fiestas en Cádiz
El programa de Calor en la Noche recibe este año casi 500 solicitudes para participar en esta iniciativa que busca cumplir el deseo navideño de los usuarios de su local de desayunos y otras personas que viven en la calle
Calor en la Noche dará desayunos a los sintechos en un local municipal
Era la primera Navidad con el local en funcionamiento. Apenas hacía unos meses que habían comenzado con los desayunos y a Encarna Orozo le gustaba pasarse con asiduidad por el sitio de Calor en la Noche para chequear el nuevo servicio y, sobre todo, “hablar con la gente”. En aquellas charlas en vísperas de las fiestas, un mantra se repetía para tristeza de la voluntaria que buscaba hacer “algo especial” para celebrar la Navidad ahora que la asociación gaditana vinculada a La Salle contaba con un espacio físico. “¿Navidad? Yo no quiero celebrar la Navidad. Eso es para reunirse, ¿con quién me voy a reunir yo?, ¿quién se acuerda de mí?”, venían a coincidir los usuarios. Algo había que hacer para devolver el espíritu navideño a los vecinos más desfavorecidos de la ciudadanía gaditana. Y, vaya si se hizo... Encarna Orozco todavía no se cree que diez años después de aquel impulso el brillo de las Estrellas en la Navidad tenga “más fuerza” que nunca.
“Este año se han presentado 475 solicitudes para ser estrella, cosa que a mí me sigue asombrando 10 años después del nacimiento del programa que en este tiempo también se ha ido extendiendo por otras localidades de la provincia. Lo sorprendente, además, es que nos llegan estrellas de todas partes. La gran mayoría son de Cádiz y provincia pero también de lugares tan insólitos como Londres”, explica la creadora de la iniciativa que busca que los usuarios de los desayunos de Calor en la Noche y de las personas que duermen en la calle, y a las que la asociación atiende desde hace 23 años, tengan un regalo por Navidad.
“Estas personas piden un deseo, y nosotros le buscamos la estrella que se lo haga realidad”, resuelve Orozco a la que se le encendió la chispa del título del programa cuando le preguntó a un usuario qué es lo que quería por Navidad. “Yo lo que quiero se lo pido a las estrellas”.
Y las estrellas de aquel primer año fueron 25 alumnos del colegio de la Salle Viña, diez años después, como hemos dicho, son cientos de personas las que se han sumado al llamamiento que cada noviembre hacen desde Calor en la Noche. “Sí, ese primer año me dije, para que estas personas vean que hay alguien que se acuerda de ellos vamos a pedirles a los niños de la Viña que le escriban una felicitación navideña así personalizada con el nombre del usuario y, bueno, que le pongan un detallito. Y no te puedes imaginar cómo funcionó eso. Qué pechá de llorar... Si gustaron los regalos, más las cartas de los niños, y eso es algo que sigue ocurriendo, la ilusión por la felicitación... Algunos la leen nerviosos, otros ni pueden y nos piden que se las leamos... Los días de entrega se convierten en días muy bonitos”, asevera Encarna Orozco.
Un desenlace precedido de muchas jornadas de trabajo donde también destaca “las ganas y la ilusión tanto de voluntarios como de las estrellas, que meses antes ya están preguntando cuándo activamos el programa”, asevera la creadora que ya a finales de octubre principios de noviembre ofrece a todas las personas a las que Calor en la Noche atiende escribir su deseo en forma de carta “donde cada uno cuenta qué regalo quiere por Navidad y lo que quiera sobre su vida, y ya tenemos hasta cola cuando nos ven venir con las carpetas”, ríe.
Por otro lado, a través de las redes sociales de Calor en la Noche, se hace el llamamiento a la ciudadanía para ser estrella. Los interesados rellenan un formulario online donde se les explica el funcionamiento del programa, que es totalmente anónimo, y se pone fecha para entrega del regalo que se hace en el colegio de La Salle Viña. “Así a finales de noviembre las estrellas reciben a su correo la carta del usuario con el deseo. Lo dejan en La Salle el día acordado y ya los voluntarios los van entregando a los usuarios en días posteriores”, explica Orozco que cuenta cómo desde la pandemia, para facilitar la celebración del programa, se sumó la posibilidad de hacer el ingreso del dinero (unos 20 euros) y los voluntarios se ocupaban de comprar el regalo.
“A mí lo que me encanta de esta campaña es seguir descubriendo que la ilusión es posible para todos”, se congratula Encarna, incansable en su labor de devolvernos la esencia de la Navidad.
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