Los churros de La Guapa siguen triunfando en Cádiz: un Solete de la Guía Repsol para un negocio histórico
La churrería del exterior del Mercado Central abrió en 1933
José Antonio Luna, propietario: "las claves son la constancia, los buenos productos... y levantarse a las seis de la mañana"
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"El Solete me va a venir bien para calentar el aceite". José Antonio Luna bromea con la distinción que le ha otorgado la Guía Repsol de Navidad, reconociendo su buen hacer con los churros, en el exterior del Mercado Central de Cádiz, en el mítico puesto de La Guapa. Una tercera generación de churreros sigue llenando de sabor los paladares de gaditanos y visitantes. Y ahora, después de décadas aromatizando tan céntrico lugar, les llega el reconocimiento a nivel nacional.
"Esto es como con la estrella Michelin. Algún experto habrá estado en la cola de forma anónima y le habrán gustado los churros. Nos habrá propuesto para el premio y aquí estamos, muy orgullosos porque es un premio, según me dicen desde Repsol, a la calidad y al servicio", comentaba Luna en esta nubosa mañana de martes entre rueda y rueda de churros que sacaba del perol, con una considerable fila de clientes esperando el manjar en papel de estraza.
En el puesto ya luce el emblema del Solete, impreso por el propio Luna a la espera de los logotipos oficiales que le tiene que enviar Repsol. Es un galardón que no solo le premia a él sino a sus antecesores. "Mi padre, Ambrosio, y mi tío Juan tienen la culpa. Dieron aquí el callo en una época que no era esta, con otras condiciones laborales. Ellos trabajaban y La Guapa, Carmen Pecci, era la propietaria", apunta el churrero. Su hijo José Antonio también está en el negocio y su mujer, Matilde Guerrero, despacha. "Yo soy la que hablo con los clientes y acabo con la boca 'cocía' de tanto hablar", destaca ella.
El ángel de Cádiz está presente. Luna dice que a su puesto de churros le han hecho hasta una canción. "Sí, ¿no la has escuchado? La nueva de Alejandro Sanz, 'Las guapas', eso es por nosotros", asegura.
Dice Luna que la clave del éxito es "tener constancia y utilizar buen producto, de cercanía. La harina es de aquí, de Villafranquina. La sal. de la salina San Vicente de San Fernando. Y el aceite, que me lo trae el Sheriff, es lo que viene de más lejos, de la parte de Jaén. Y otra cosa importante es levantarme a las seis de la mañana".
El madrugón es uno de los elementos importante en la elaboración de los churros. "A las ocho tiene que estar la masa hecha y reposada. Cada amasijo pesa 100 kilos que hay que manejar con las palas de madera, de forma artesanal. 25 kilos de harina chupan 75 litros de agua y dan lugar a 50 kilos de churros, que es lo que vendemos más o menos cada día", señala. Salvo días especiales como el Jueves Santo y Madrugada, que llega a los 150 kilos, o el pasado viernes coincidiendo con la inauguración del alumbrado de Navidad, "que fue un bombazo y estuvimos aquí hasta las nueve y media de la noche".
A 12 euros el kilo, comprando un mínimo de 1,20 euros, y el chocolate caliente a 1,50. "Para tres personas se suelen llevar cuatro euros", indica Matilde a una clienta que duda sobre su pedido. Churros finos o churros gordos, estos hechos con masa madre. Servidos en papel de estraza con el logo oficial de La Guapa. Un manjar que incluso destacó hace unos años Viajes National Geographic.
"Ahora mis clientes ronearán de comer churros con Solete". José Antonio Luna irradia una alegría que a buen seguro también ha tenido en cuenta Repsol.
Un puesto con mucha historia
Carmen Pecci 'La guapa' fue la primera propietaria, le sucedieron Joaquín Pecci y María Luisa Usero, y finalmente lo compró José Antonio Luna. "El puesto se abrió en otro lado, pegado a la pared del Mercado, en 1933, aunque antes el negocio fue ambulante", apostilla José Antonio Luna como nota histórica.
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