Los dos chalés que jamás podrán ser derribados en Cádiz
El PGOU les da la máxima protección por el importante valor histórico y arquitectónico que tienen
Uno de los últimos chalet de Cádiz sale a la venta y está a un paso de la playa de La Victoria
El oscuro cimiento del chalé de Varela
Entre la treintena de chalés que quedan en pie en la ciudad de Cádiz, aguantando el temporal de derribo de viviendas unifamiliares para construir en su lugar edificios para pisos, hay dos que son intocables. El Plan de Ordenación Urbana mantiene la máxima protección sobre dos de estos inmuebles: el chalé de Varela y el chalé Villa Mercedes, por su evidente valor arquitectónico e histórico.
Los dos edificios no pueden ser derribados y sustituidos por otros tipos de construcciones, algo que si ocurre en el resto de chalés que se levantan en la ciudad.
De estos dos, Villa Mercedes es el más antiguo. Se levantó a finales de la década de los años treinta del pasado siglo y sigue en manos de la misma familia, que reside en ella y que lo mantiene en perfectas condiciones de mantenimiento. En su momento el PGOU planteó el paso a manos municipales del edificio transformando el extenso jardín de la casa en una zona verde pública. El chalé de Varela fue un regalo de la ciudad de Cádiz al general franquista ya en la década de los años 40. La construcción resultó muy dañada por la explosión de la Base de Defensas Submarinas en 1947, corriendo a cargo de la familia su reconstrucción.
Este último chalé redujo notablemente su tamaño al pasar a manos de la ciudad todo el extenso jardín que da a la Avenida, mientras que la trasera vecina a la plaza de San Severiano quedó para la construcción de viviendas. La antigua casa es también propiedad del Ayuntamiento aunque la familia aún puede utilizarlo durante varios años.
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