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Bares y comercios

Los pubs del centro de Cádiz piden terraza y ampliación de horarios

  • Los bares con música de Beato Diego, Manuel Rancés e Isabel la Católica se sienten "desesperados": "No nos trae cuenta abrir nuestros negocios"

El M-2, uno de los pubs cerrados de la calle Manuel Rancés.

El M-2, uno de los pubs cerrados de la calle Manuel Rancés. / Jesús Marín

Son unos diez o doce negocios los que ahora se han encontrado ante un dilema semántico que empieza por no saber ni lo que realmente son.

De toda la vida han sido pubs, y lo siguen siendo, pero esta desescalada plagada de decretos, dudas y cambios de rumbo, ha dejado a muchos plagados de dudas e incertidumbres. El BOE y ahora el BOJA dicta normas sobre los bares nocturnos. "Hemos tenido que asesorarnos para ver qué somos realmente, si pubs, bares nocturnos...". Pero nos piden que les sigamos llamando pubs o bares con música para entender sus reivindincaciones.

Lejos de esta cuestión semántica basan sus quejas en dos peticiones. Quieren un trato igualitario con respecto al resto de negocios de hostelería y piden una ampliación de horarios y que se abran fórmulas que les haga posible contar con terrazas que compensen las limitaciones de aforo que este coronavirus ha impuesto.

Pero sus ubicaciones se lo ponen complicado. Se trata de las calles Beato Diego, Manuel Rancés e Isabel la Católica. Son vías estrechas por las que circulan coches a todas horas y el acerado es prácticamente inexistente para los peatones así que como para plantear terrazas al aire libre.

Esta limitación les lleva a tener que ceñirse al aforo que les permiten sus pequeños locales.

Baldomero Peñalver, más conocido por todos el sector como Nero, es propietario del M2 y de La Chupitería. Este último negocio lo ha podido abrir porque cuenta con más de cien metros de superficie, lo que sí le hace rentable su apertura y su adaptación a la nueva normalidad.

Aún así, Nero lo deja claro: "Ayer (por el lunes) abrí y hice una caja de 75 euros. Me llegaron 15 clientes para una cerveza y me fui a casa con esa caja que no dan ni para pagar la nómina de sus camareros".

Y eso le ocurre con su local "grande", por llamarlo de alguna manera. Pero esta tipología de local grande no es el habitual en esta zona de movida del casco histórico. Él mismo cuenta que lo habitual son pubs con entre 80 y 90 metros. Según van dictando las normas, si la cosa finalmente se queda en un 75% de aforo durante mucho tiempo, en sus locales nada más podrán entrar unas treinta y tantas personas.

Si a esto se une que a día de hoy la normativa que dicta el BOJA obliga a que todos sus clientes tienen que estar sentados en mesas y no pueden circular por el local, como sería lo normal en este tipo de negocios en el que el alterne copa en mano es lo habitual. "Nos es imposible aceptar estas condiciones y no podemos abrir nuestros locales, al menos de momento". Están esperando como agua de mayo el final del Estado de Alarma para ver cómo queda la situación a este respecto.

La otra reivindicación se basa en que las autoridades han ampliado el horario de cierre de las terrazas de los bares y a ellos no. De esta manera, estos pubs siguen pudiendo cerrar a las 3 entre semana y hasta las cuatro los fines de semana.

Esto provoca que "se solapen los horarios con respecto al resto de bares, ya que ellos ahora pueden cerrar a las tres con una media hora más para desalojo y recogida de mesas y sillas". Esto hace que el que, por ejemplo cene de tapas en la plaza de San Francisco pueda terminar de comer y aprovechar esa ampliación de horario para tomarse allí mismo, sin necesidad de moverse del sitio, la copa. "Ya no les vale la pena moverse y nos quita clientela. No queremos que les quiten horas nadie pero sí pedimos que nos traten con el mismo rasero y nos amplíen nuestros horarios de cierre".

En cuanto al polémico tema de las terrazas. La solución pasa, según Nero Peñalver, por cortar el tráfico por estas calles del centro a partir de las ocho o nueve de la noche hasta las nueve de la mañana, "tal y como se hace en Carnaval, en Semana Santa o en Navidad durante esos botellones que sí legalizan en plena plaza de San Francisco". "Esto es lo que se hace en localidades como San Fernando, donde las calles de movida de pubs convierten en peatonales a partir de cierta hora, permitiendo al público a disfrutar de terrazas al aire libre".

"El verano se lo han cargado". Asi de taxativo se muestra Nero ."Y esto es una bola porque el centro de Cádiz lleva muerto mucho tiempo pero se lo están terminando de cargar, de manera que entiendo que la gente joven prefiera tirar para Los Caños o El Palmar donde sí pueden disfrutar de las noches de verano".

Miguel Fernández es el dueño del BD8, otro de estos pubs ubicados en esta zona. Su local concretamente se encuentra en Beato Diego y, al igual que Nero, se niega a abrirlo. Y no sólo eso sino que critica que, en días pasados, se han dirigido, ya casi constituidos como plataforma o asociación, al Ayuntamiento y no han logrado que nadie les reciba. También, al igual que Nero hbala de "desesperación" y va más allá porque "las autoridades se tienen que dar cuenta de que no somos el problema sino que somos parte de la solución".

Insiste este empresario en que gracias a la existencia de sus negocios evitan que la gente ande por la calle por la noche formando jaleos. "Eso la gente no lo ve y nos estigmatizan y parece que buscan siempre perjudicarnos". "Nuestros locales están perfectamente preparados y acondicionados con limitadores de sonido, portero, estrictas condiciones sanitarias, por lo que somos parte de la solución y evitamos muchos botellones gratuitos en plena calle".

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