Cádiz y la historia de la Lotería: De plaga perjudicial para la moral a la aceptación de las autoridades
Una imagen y mil palabras
La imagen puede ser más poderosa que cualquier texto. Fomenta nuestro deseo de explorar y de saber. Despierta nuestros sentidos y nos dirige a las palabras que se harán más fáciles y entendibles. Imágenes que son la huella de nuestra historia y que deberíamos conocer
"Aquella lluviosa mañana, nuestro colegial compañero Diego López llegó vestido a la napolitana, con una túnica de damasco blanco, galoneada de oro, que le cubre hasta los pies, con la inefable peluquita blanca rizada y entre una gran expectación se persigna con gesto serio y solemne, muestra su mano derecha desembarazada de cosa alguna y la introduce por la puertecilla redonda del arca que contiene las 90 bolas, tomando al azar una de ellas canta el número con un gracioso soniquete y, tras mostrarla públicamente, se la acerca a los labios y la besa cariñosamente”.
Aunque el primer sorteo tuvo lugar el 10 de diciembre de 1763, después de que Carlos III, influido por su origen napolitano, creara por Real Orden la Lotería Nacional; y no será hasta el 9 de marzo de 1771cuando un alumno del Colegio de san Ildefonso cantase el sorteo. Su nombre, Diego López. Se gratificó a dicho colegio con 500 reales, que quedó establecido como limosna.
Apostar a cinco o más, que debían coincidir con los que se sacaban de un arca. Una caja con noventa bolas de marfil que se extraían en la Sala Real del Consejo de Hacienda con los ministros de dicho Consejo. De esta manera se encauzo una costumbre social y se sacó este juego de la marginalidad, a la vez que se convirtió en monopolio real.
La Real Lotería o lotería primitiva se vendía en la Calle Santa María en Madrid y de forma personal. Se seleccionaba cinco números y recibían lo que se llamaba Rescuento, una especie de resguardo. Se imprimían con los números elegidos y junto a los números elegidos, aparecía el nombre de algunas doncellas del Colegio de las Desamparadas, que asociadas a estos números, recibían una pequeña parte del premio para sus dotes.
Aunque hubo quienes inventaron miles de cábalas para ganar, la verdad es que la suerte siempre fue la suerte y así los números ganadores de aquel primer sorteo fueron el 18, 34, 80, 51, 8 y el 7.
“Jugada cabalística en verso quebrado”
El setenta afortunado
sin los nueves,
más menos tres aumentado
Si te atreves,
jugarás con el sesenta
que te espera:
quítale y pon cuatro y treinta,
considera
que tres por cuatro, ocho y doce
menos uno,
hoy se encuentra muy en roce
más que alguno.
Diez y nueve al derecho y al revés
no te engaño,
darán ternos treinta y tres
en este año.
Ánimo, pues, todos a una
en busca de la fortuna.
Con la Guerra de la Independencia no sólo no se acabó con la lotería primitiva, sino que se creó otra nueva, con el nombre de Lotería Moderna para diferenciarla de la anterior, y concebida por don Ciriaco González y Carvajal a imagen y semejanza del modelo que se seguía en México, consistente en un número determinado de billetes divididos en décimos. Este proyecto fue presentado a la Junta de Cádiz que lo aprobó por Orden de noviembre de 1811. Este sistema es el que ha perdurado.
El primer sorteo se celebró en Cádiz el cuatro de marzo de 1812. A diferencia de la primitiva, las condiciones fueron: se pusieron a la venta 20.000 billetes que costaban cada uno 40 reales. El fondo de la Lotería fue en un principio de 40.000 pesos fuertes, y una vez deducido el 25% para el erario público se repartía en 250 premios y quinientas aproximaciones, números anterior y posterior de cada premio.
Los premios eran: Dos Primeros premios: 8000 pesos fuertes y 4000 pesos fuertes. Cuatro Segundos premios 1000 pesos fuertes, 500 pesos fuertes, 300 y 200. 10 premios de 150 pesos fuertes, 50 premios de 100 pesos fuertes, 80 premios de 50 pesos fuertes y 100 premios de 25 pesos fuertes.
Además, había unas normas establecidas para su buen funcionamiento: si en el plazo de dos años no se hubiera cobrado, el premio pasaba a la Hacienda. Si se perdía el billete, había que avisarlo y dar el número antes del sorteo ante el Juez; y si ya se hubiese celebrado también. Y que las aproximaciones podían cobrarse o para jugarlas en la extracción siguiente.
El primer premio gordo fue para Bernardo Nueve-Iglesias en compañía de tres individuos más. En el segundo sorteo no se vendieron todos los billetes por lo que la Hacienda perdió dinero. Aparecieron las revendedoras que pedían hasta un 33% de las ganancias, esto por la escasez de billetes ante el éxito de la Lotería. El 15 de Julio de 1812, debido a este éxito el fondo se aumentó a 70.000 pesos.
El primer Sorteo de Navidad se celebró el 18 de diciembre siendo premiado el número 3064. No se dividía aun en Décimos, sino en cuartos de billete que costaban 10 reales. Siendo el premio de unos 8000 reales fuertes.
Rifas y loterías
Durante el asedio se organizaron rifas, que podían ser benéficas para ayudar a algunos hospitales o para asociaciones patrióticas que pretendían obtener fondos para la guerra.
Entre los objetos que se rifaban se encontraban vajillas, juegos de bandejas, litografías, etc. A veces, se hacían suscripciones entre los lectores de un periódico, como el que se hizo para sufragar los gastos de un grabado de Arguelles.
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