Todos a bordo

Un gran ambiente reinó ayer en el puerto de Cádiz, en la segunda jornada de la Regata de Grandes Veleros 2016. Desde primera hora, el recinto se llenó de visitantes y en muchos momentos del día hubo que hacer cola para entrar.

Esta gran afluencia de público provocó atascos de tráfico en el acceso al centro de la ciudad y que los aparcamientos públicos pusieran el cartel de completo antes de las doce del mediodía.

Hay que destacar la confusión que provocó el hecho de que en la puerta de salida del recinto se hubiera colocado una estructura con un cartel que ponía "Entrada". El vigilante de seguridad que se encontraba en esa puerta estuvo todo el día avisando a los visitantes de que por allí no se podía entrar.

Había mucho turista ayer en el puerto, pero sobre todo, muchísimos gaditanos, de la capital y de distintos puntos de la provincia; familias enteras que no querían perderse este acontecimiento. Es el caso de Alberto, que vino desde San Fernando con su mujer, sus hijos y nietos. "Soy un enamorado del mar y de los barcos. Eventos como este tienen que repetirse más veces porque le dan alegría a Cádiz y vida al puerto", comentaba este hombre, quien resaltaba que ha acudido a todas las regatas que se han celebrado en la ciudad y había apreciado "una escala decreciente en calidad y cantidad, tanto de barcos como de actividades. A pesar de eso, seguimos viniendo".

Alberto lamentaba la ausencia del buque escuela de la Armada Española, el Juan Sebastián de Elcano, que ha estado presente en las anteriores regatas. "Es el barco emblemático de Cádiz y es precisamente el que falta. Es inconcebible que estando el barco atracado en La Carraca, no esté aquí estos días".

La ausencia del Elcano fue algo muy comentado entre las personas con las que estuvimos hablando ayer. Entre ellas, Carmen y Jesús, que vinieron desde Barbate con sus dos niños pequeños a pasar el día en Cádiz para ver la Regata. A esta pareja le parecía "chocante" que no estuviera el buque escuela en el puerto de Cádiz. Contaron que habían visto con sus hijos el torneo de soga-tira entre las tripulaciones, algo que les resultó "original porque no se ve en otros eventos". Pero no visitaron ningún barco porque sus niños son demasiado pequeños.

Los que sí subieron a los veleros fueron Jorge y Fernando, de 6 y 9 años. El primero que visitaron fue el Simón Bolívar "porque no había mucha cola". Lo que más le llamó la atención a Fernando fue "el ancla y la cadena, que es muy grande y pesa mucho. Nunca había visto una". Sus padres comentaron que echaban de menos al Elcano.

Aunque había muchas actividades, talleres e incluso atracciones para los más pequeños, lo que más captaba el interés del público eran los veleros.

Un matrimonio de Jerez, con sus dos hijos adolescentes, vinieron ayer a Cádiz para "ver el ambiente, porque es la primera vez que venimos a una Regata, y visitar los barcos". Querían entrar en el Amerigo Vespucci, pero las visitas comenzaban tarde y mientras llegaba la hora de su apertura, subieron a otros buques. Ellos también echaban de menos al Elcano, pero estaban encantados con el buen ambiente que había y con el buen día que hizo.

Algunas de estas familias llamaron la atención sobre el hecho de que no se hubiera incrementado la frecuencia de trenes ni aumentado el horario tanto de trenes como de autobuses interurbanos. "Es una vergüenza que si vives en la provincia, no puedes disfrutar de la regata de noche. Tienes que venir en transporte público porque es complicado encontrar sitio para aparcar, pero como muy tarde te tienes que ir a las once de la noche. Debería haber trenes y autobuses hasta la madrugada", comentaba Alberto.

En el puerto de Cádiz había también extranjeros disfrutando del ambiente de la regata. Es el caso de una familia llegada desde Bristol (Reino Unido). Sus miembros contaban, medio en inglés medio en español, que estaban de vacaciones en Tarifa. Como hacía mucho viento, decidieron venir ayer a conocer la ciudad de Cádiz y se habían encontrado con los barcos en el muelle. Aseguraban que les había gustado mucho, porque ellos viven en una ciudad costera y les gusta el mar. Estaban encantados con la música que sonaba por la mañana en el recinto portuario.

Los talleres que se organizaron para los más pequeños tuvieron ayer mucho éxito. Estuvieron llenos casi todo el día, especialmente por la tarde. En la carpa de Eléctrica de Cádiz, Divulgades sorprendió a pequeños y mayores con sus experimentos. Junto esta carpa, estaba la de Aguas de Cádiz, con talleres de educación ambiental y una piscina con veleros de radio control, donde siempre había niños esperando para poder manejar los barcos.

También estaban muy concurridas las carpas de la Universidad de Cádiz. Eran cinco en total, donde había actividades y talleres para todos los públicos. A Dora, de 11 años, y Lola, de 4, les encantó el helado que hicieron en uno de los talleres de la UCA. De hecho, a Lola, eso junto con "los cacharritos" era lo que más le había gustado de toda la Regata.

Uno de los momentos más celebrado por los niños fue la Fiesta del agua que tuvo lugar pasado el mediodía, en la que todo se llenó de espuma lanzada por un cañón.

Fue una jornada en la que no hubo tiempo de aburrirse entre las distintas actividades, talleres, actuaciones y visitas a los barcos. El día terminó con el concierto de Chambao.